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Actualizado: 23 nov 2015 / 17:27 h.
  • El cártel
  • El cártel

Algunos dicen que los autores, todos ellos, se pasan la vida escribiendo la misma novela. Diferentes formas, diferentes materiales narrativos, diferentes personajes, aunque el mismo tema central, las mismas obsesiones y similares fantasmas disfrazados de novedad.

Tal vez esta afirmación sea algo exagerada, pero en algunos casos es cierta y fácilmente demostrable.

Si usted ha leído El poder del perro de Don Winslow comprobará al leer El cártel del mismo autor que, efectivamente, se trata de dos textos prácticamente iguales.

La estructura narrativa es idéntica. El autor debió pensar que si ya había dado con la clave con la que escribir un best seller, no había razón alguna para cambiar de estrategia. Los personajes principales son los mismos. No es que se parezcan, es que son los mismos. Les rodean un gran número de secundarios que, o bien son conocidos y traídos de la novela anterior, o bien cumplen el mismo cometido que otros ya desaparecidos. El tono y el aliento del relato son exactos a los utilizados en El poder del perro. Es la misma novela. Cambian las muertes, cambian los nombres, cambian las escenas brutales por otras que son igual de brutales, y poco más.

Ahora bien, las setecientas páginas del libro se las traga cualquiera. Sin rechistar. El mundo de la droga es violento, aterrador, perturba, es fascinante en su oscuridad. Winslow es astuto y genera tramas paralelas a la principal que nos hacen imaginar situaciones terribles, morbosas.

El cártel es el típico best seller que se lee con facilidad y consigue que el lector crea estar aprendiendo grandes cosas. No hace falta decir que el que quiere informarse debe buscar territorios que nada tienen que ver con la ficción aunque el autor esté bien documentado para escribir la obra. No alcanzo a entender por qué extraña razón algunos convierten los best sellers en una especie de guía infalible. Esta es una de las grandes fortalezas de este tipo de libros. Tan grande como inexplicable, tan absurda como cierta.

El autor nos arrastra hasta el mismísimo corazón de la lucha contra la droga, hasta el núcleo de un universo sórdido, cruel, inhumano, extravagante. Pero, aunque la trama es entretenida, los personajes quedan desdibujados por falta de profundidad, algunas justificaciones son enclenques, los diálogos son superficiales y todo se queda en una lectura amena. Más allá no hay gran cosa.

Leer este libro es como sentarse frente al televisor para ver un inmenso documental sobre actos perversos, inimaginables y sin el certificado de autenticidad que aporta otro tipo de trabajo.

Impacta, eso sí. Literatura poca, pero impacta.

Calificación: Entretenido.
Tipo de lectura: Fácil.
Tipo de lector: Cualquiera que quiera pasar el rato.
Argumento: Esto es un infierno y no nos sentimos las piernas.
Personajes: Planos.
¿Dónde puede leerse?: En México ni hablar.