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Actualizado: 30 nov 2015 / 18:05 h.
  • El fotógrafo

La edición integral de El fotógrafo reúne los tres álbumes firmados por Guibert, Lefèvre y Lemercier, que se entregaron de forma independiente hace unos años.

Este cómic es sencillamente extraordinario. Guibert dibujó las viñetas, Lemercier las maquetó y coloreó, Lefèvre aportó un reportaje fotográfico amplísimo y su experiencia.

El fotógrafo cuenta el viaje de Pakistán a Afganistán de Didier Lefèvre. Y la vuelta. Realizada esa ida junto a una delegación de Médicos Sin Fronteras. Regresa en solitario. Podemos ver desde dentro lo que supone el esfuerzo que realizan las personas que integran una ONG como MSF, conocemos las costumbres de pueblos que siempre nos parecen lejanos y extraños, sentimos la cercanía de la muerte de unos y otros, podemos padecer el dolor de algunos personajes.

Lo original de este tebeo es que el narrador no es ese héroe que va por delante para que veamos qué es lo que hace. Esta vez está detrás del objetivo de su cámara y tomando una distancia respecto a la acción bastante considerable. Es posible que al escribirse desde el recuerdo y habiendo perdido los cuadernos en los que Lefèvre anotó lo que sucedió durante su primer viaje a Afganistán, el efecto sea más natural que impostado.

El dibujo se alterna con las fotografías y es esto algo muy poco habitual en el mundo del cómic. Pero se justifica plenamente el uso de ambos recursos puesto que las fotografías aportan un grado de credibilidad al relato que es poco usual; porque el reportaje de Lefèvre se convierte en una narración paralela al dibujo. Por ejemplo, la zona expositiva que narra el regreso del fotógrafo perdería toda su esencia sin esas imágenes en blanco y negro.

El Fotógrafo tiene la misma estructura que un relato breve literario y comparte, además, ese concepto que tantas veces olvidan los autores al trabajar este género. Se trata de echar un vistazo a una parte de la vida del personaje en la que algo sucede y la existencia se quiebra. La del personaje, la del narrador o la del propio lector. Esto tan sencillo no suele tenerse en cuenta al escribir. En este cómic no sabemos nada de la vida anterior de los personajes, ni de lo que ocurre una vez finalizado el viaje. El mundo se transforma en algo distinto y, con él, los personajes recorrerán caminos inimaginables. Tan solo en el epílogo nos aportan algunos datos de los personajes una vez que la aventura finalizó. En el caso de Lefèvre conocemos que perdió catorce dientes al padecer una furunculosis crónica, que regresó siete veces a Afganistán. Murió el año 2007 por un problema de corazón (esto último lo añadimos aquí puesto que no aparece en el libro).

El fotógrafo es emotivo, asusta, conmueve. Y sirve para que conozcamos que la distancia entre el mundo islámico y el occidental están pegados, que las diferencias no son esas que alguien inventó un día y que todos compramos. El fotógrafo es uno de los mejores cómics de los últimos veinticinco años.

Calificación: Excelente.

Tipo de lectura: Impactante.

Tipo de lector: Aventureros solidarios.

Argumento: El infierno resultó ser un edén.

Personajes: Redondos.

¿Dónde puede leerse?: En cualquier lugar del mundo porque es un todo y de todos.