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Actualizado: 24 sep 2017 / 10:52 h.
  • Poemas para un atardecer luminoso
    La poesía de Sebastián Abdalá ‘se deja leer en un bar, en un tren, en un atardecer con mucha luz’. / Miguel Olivencia
  • Poemas para un atardecer luminoso

Quizás la mayor virtud de Sebastián Abdalá es un profuso conocimiento de la puntuación y el espacio del verso, creando un ritmo en la lectura que imprime fuerza y veracidad a lo leído. A punto de sacar su tercer poemario entre andaluz y bonaerense, estando a cargo de la selección y el consejo artístico la Editorial Buitre Negro, nos acercamos a una relación multidireccional con la música, la literatura y el espíritu de crear creyendo en lo que se vive.

Nos citamos con Sebastián Abdalá (Buenos Aires, 1976) - autor conocido fundamentalmente por su faceta de poeta, pese a contar también con relatos de gran interés- en un bonito café situado en el casco histórico de Sevilla. La tarde es calurosa. Dada la patente calidad de su pluma, nos sentimos en la obligación de tener una conversación distendida con él para conocer de primera mano en qué momento creativo se encuentra.

Su poesía – para el que no haya podido ahondar en su obra – juega el papel del sastre modesto, de rostro sincero, de herramientas sin lustre ni grandes ingenierías, pero que haciendo gala de un vasto conocimiento y una dilatada experiencia, consigue crear un traje que ejerce de piel y no de tela. Nos viste de extranjero en tierra lejana, solitario por obligación, resignado trabajador de oficio sacrificado por necesidad. Nos guía por la noche de una Sevilla de artificio, de alegría impostada, con la única compañía de una mirada perruna, de aquel que fue recogido un día en la calle y lo aceptó como dueño.

El estilo que desarrolla forma una simbiosis perfecta con la sencillez y cotidianidad de los temas tratados. De forma directa, obviando el fútil abuso de circunloquios y metáforas que nos alejan de lo retratado, relata realidades desde la óptica del pesimismo y la desesperanza, apoyándose en el sarcasmo y el absurdo.

Buenos tardes Sebastián, lo primero agradecerle que nos dedique parte de su tiempo, siendo consciente además de lo poco que invita al encuentro el clima que soportamos en este instante.

Gracias a ustedes por su tiempo. Y el calor de Sevilla ya forma parte de mi vida... Como siempre digo «Está presupuestado vivir con este clima, y paga muy bien». En Buenos Aires a estas alturas estaríamos con mucho frío y unas tonalidades grises por todos lados. No es que reniegue y no la extrañe, la echo de menos, pero cuando uno encuentra su lugar en el mundo se acostumbra a vivir con lo que sea.

Buenos Aires es una de las mayores cunas de escritores del siglo pasado, ¿cómo se vive en primera persona el formarse en un entorno tan formidable?

He tomado clases de creación poética con Horacio Salas, aprendiz de Borges... Igual que Mario Goloboff, a su vez biógrafo de Cortázar, con quien terminé de formarme como escritor. Ellos eran periodistas y tenían un acceso más cotidiano, por la suerte de coincidir en el barrio o en otros proyectos, y en un tiempo donde eran más alcanzables... Algo que me recalcaba Goloboff con respecto a Borges, era que, cuando quise comprender el efecto de la puntuación en un relato, o dónde poner cada «coma», cada «punto y coma», los puntos suspensivos... Leer a Borges, en voz alta.

El trabajo y disciplina detrás de la escritura que está, pero no se ve...

Es verdad... La puntuación exacta le da a un texto la velocidad que quieras imprimir al relato. Y digo lo de «aprendiz», porque esa generación de escritores argentinos decía (mantiene, mantengo en mis cursos) que escribir es un oficio. La corrección de los textos, de las ideas en el texto, son una parte ardua y necesaria del trabajo del escritor. No sólo a nivel gramatical, semántico y ortográfico. La estructura de cada párrafo para que transmita lo que buscamos al escribir un texto en un bar, en donde sea; para luego llevarlo a la mesa y ver qué hay que cortar o agregar... Agregar suele ser lo menos usual.

Me consta su pasado como editor de una revista dedicada a la literatura. En tiempos donde la publicación está cada vez más al alcance del autor, pero su capacidad de llegar al lector se diluye con mayor velocidad, ¿conoce alguna plataforma o método de edición que intente revertir esta situación?

Yo no la conozco, aunque muchas me reprocharán lo que afirmo, y te puedo nombrar varias. Sevilla tiene varias editoriales que se dedican a publicar y vender en determinadas fechas y lugares, pero dejan a los autores medio sueltos, sin una buena difusión de su obra, de su vida, de lo que hace, apenas lo lleva (a veces) a una lectura al aire libre, casi sin difusión ni condiciones técnicas. No es de sorprender que los mejores escritores de la ciudad terminen publicando por libre, no es sólo un tema de dinero y costes, es un tema de manejo posterior de la obra... lo que hace un flujo donde sea complejo conseguir su obra.

¿Cuál es la situación de las editoriales underground en Sevilla? ¿Existen opciones válidas para un autor que no cuenta con la aceptación masiva de público y crítica?

Sí, el trabajo duro. Mover su obra por él mismo, o en mi caso, con la ayuda de una Agencia que tiene idea del medio, que se preocupa, que invierte... La auto publicación es lo que nos deja una crítica despectiva con los pequeños movimientos. Te repito lo de las lecturas que organizan las editoriales... Vas a un bar o al medio de la Alameda, leen a los gritos, se van y no te queda mucho... Incluso puede ser un mal rato si hay otras personas que están distendidos hablando de sus asuntos. El problema base es que no hay una gestión útil... De qué me vale publicar en Sevilla un libro físico y digital, si no hay notas de prensa, ni contacto con otras revistas de ciudades, con una buen plan de llevarte a que te conozcan y jugando con eso.

Parece que puede llegar a ser una tarea titánica en muchos casos...

Lo es. Pero esto no es nuevo, ni de Sevilla. Borges cuando publicaba sus primeros libros estaba siempre en las diferentes librerías donde se vendía y cuando alguien elegía sus libros, lo recordaba y, cuando el lector aparecía de nuevo en la librería, se le acercaba e intentaba hablar con él para conocer su opinión... Hoy es acoso, pero las editoriales siempre han sido, mayormente, un intermediario cruel entre la imprenta y alguien que tiene el sueño de ser leído, como un músico de hacer música, como un actor de actuar.

¿Cree que existe una generación de escritores – tanto poetas como novelistas – en Sevilla que merece de una cobertura de garantías?

Sí, claro, te voy a nombrar a tres mujeres: Noelía Morgana, Saray Pavón Márquez y María José Menacho. Son tres escritoras que cualquier libro de ellas que consigas te va a atrapar de un modo u otro... O por el estilo (los tres diferentes), por la temática, por la certeza con la tratan los temas que tan... Las tres con diferentes historia, vida y situación... Tres hombres; Pedro Lérida, Miguel Carrión y Sergio Salvador Campos, poesía y narrativa, con estilos diferentes, pero con un pulso al desarrollar las historias increíbles.

En Buenos Aires fue locutor de radio para una emisora rock, ¿cree que existe una influencia de la música en su obra?

Totalmente, Escuchar Pearl Jam a los 16 años me movilizó a comprender qué decían, y así aprender a buscar el modo de transmitir lo que ellos me transmitían a mí, esa punzada de relatar algo que debes creerte, pero en clave rock. Cuando descubrí Tool y White Zombie, me di cuenta de la importancia de un concepto en la obra, y comencé a trabajar mucho más en las ideas que quería plasmar, y en la métrica de un verso para que en breves letras puedas alcanzar una buena expresión de una idea.

¿Podríamos hablar de ciertas sinergias entre autores y bandas?

Por supuesto, de infinitas. En el caso de Argentina, muchos de los músicos de la generación de los ‘70 han leído a Roberto Arlt y han acercado sus ideas a las canciones, sobre todo con una cuestión de la crueldad porteña... Bukowski con otros tantos, y claro, el tano, los tangueros como Homero Manzy y Discepollo, siempre nos ha puesto un dedo en la frente... una poesía no es solo algo intangible, se pueden contar historias en un par de estrofas... Y cada vez que escucho flamenco (cante jondo o seguidillas sobre todo) me vienen Lorca y Machado, es inevitable.

Relativo a la publicación de nuevo poemario en los próximos meses. ¿En qué aspectos cree que esta nueva obra se desliga de las anteriores obras?¿O es una publicación continuista en forma o mensaje?

Es una ratificación de estilo, tanto técnico como de vida en verdad. De nuevo aparecen Buenos Aires y Sevilla, y lo que he sido en ambas ciudades... Intento que, al leer estos poemas, se llegue a tener, esta vez, una sensación de tranquilidad. En los libros anteriores decía en las introducciones que estaban hechos con la vocación de salir a la Luz, que hay dolor, pero todo es aprendizaje... Hay un poco de rebeldía, cosas oscurillas, pero, sobre todo, un lenguaje claro, con historias nada pretenciosas y ácidas, Y, claro, un mensaje casi conceptual.

Estaré atento pues a la fecha de su publicación. De nuevo, gracias por su tiempo.

Gracias a ustedes por esta ventana y por hacerme recorrer en este calor sevillano las callejuelas que anduve correteando por Buenos Aires leyendo a Roberto Arlt, Borges y Cortázar. Si va todo bien en diciembre estaremos en la calle con Buitre Negro Ediciones y un nuevo puñado de poemas que se dejan leer en un bar, en un tren, en un atardecer con mucha luz.

Sebastián Abdalá es escritor. / Miguel Olivencia