La gran cantidad de maleza acumulada en una zona de monte en Ceuta, donde presuntamente fue arrojado el cadáver del joven desaparecido Mohammad Alí, de 17 años, según indicaron los presuntos asesinos, está dificultando la localización de cualquier rastro del cuerpo.
Según ha comprobado EFE, desde primeras horas de esta mañana los especialistas de la Policía Nacional están presentes en la zona de García Aldave, que ha sido acordonada para evitar que cualquier persona que acceda por las pistas terrestres pueda «contaminar» las pruebas.
Por esta circunstancia, se ha establecido un dispositivo de seguridad en la zona donde ayer los tres detenidos indicaron que habían arrojado el cuerpo sin vida del menor, después presuntamente de haber mantenido una discusión con uno de ellos, según han indicado a EFE fuentes próximas a la investigación, que permanece bajo secreto de sumario.
Para la búsqueda, los agentes cuentan esta mañana con un dron y con dos perros especialistas en la localización de personas así como otro más que ha sido trasladado expresamente desde Madrid para colaborar en esta labor.
Los agentes forestales se están afanando esta mañana en allanar el terreno para facilitar la labor de los perros, dificultada por la gran cantidad de maleza acumulada en el lugar, que está próxima a una zona frecuentada por senderistas.
La maleza acumulada así como el tiempo desde que presuntamente sucedieron los hechos -el 13 de enero de 2022- dificultan el hallazgo de cualquier rastro.
Por este caso hay tres personas detenidas, dos adultos -uno de ellos una mujer que en el momento de los hechos era menor de edad- y un menor de edad, quien presuntamente habría podido cometer el asesinato.
En este caso, los tres -que ayer fueron trasladados hasta el monte- estarían acusados de un presunto delito de homicidio.
La familia de Mohammad Ali Lamsseyeh Mohamed, que cuando desapareció tenía 17 años, denunció los hechos el 13 de enero de 2022 en la Jefatura Superior de Policía al mantener la madre del menor que no había regresado al domicilio en contra de su voluntad.
El desaparecido tenía siete hermanos y su madre, Asma, siempre había afirmado que tenía el presentimiento de que algo malo le había sucedido a su hijo, ya que siempre solía llamarla por teléfono y el día de la desaparición había quedado en ir a recogerla a su trabajo, por lo que descartaba que se hubiera marchado de forma voluntaria de la vivienda.