Nada de dobles discursos. Se ha requerido de la puesta en juego de la unidad patria para que Ferraz y el PSOE andaluz sincronicen ideas. Casi de forma simultánea, Sánchez en Barcelona y Cornejo en Sevilla, resumieron ayer, en sendas ruedas de prensa, el minuto y resultado de la postura del partido en el espinoso órdago secesionista: la pelota está en el tejado de Rajoy, y el PSOE se posiciona, sin fisuras, con el Estado de Derecho. Y a continuación de lo anterior, tibieza y capotazo al respecto de la aplicación del 155, el famosísimo artículo de la Constitución ante el que los socialistas andaluces se muestran cautos, bajo el paraguas de la dialéctica: «Estaremos siempre en defensa de la Constitución».
La declaración orgánica semanal del secretario de organización del PSOE-A volvió a anegarse de cuestión catalana. Cornejo abrió este lunes mostrando el «sincero y fraternal» apoyo con los catalanes que el domingo participaron en la manifestación unionista, «esos miles y miles que lanzaron un mensaje rotundo de democracia y convivencia». Acto seguido, reiterada ofensiva contra el Govern. «Espero que no sigan con la idea de forzar, y mañana [por hoy] saldremos de dudas, una declaración unilateral de independencia. En el PSOE-A hemos tenido siempre muy claro que el único camino es recuperar la legalidad y la institucionalidad».
No resulta para nada extraño que ante una situación como la que está viviendo España, los socialistas andaluces envíen contundentes discursos contra la secesión. Díaz, defensora a ultranza de la unidad nacional, no varía un ápice su hoja de ruta, tantas veces señalada de «no permitir ni un milímetro de desigualdad entre territorios». A este respecto, es Ferraz quien condiciona su dicurso –nadie osa ahora mencionar aquello de la plurinacionalidad– hacia la adhesión sin grietas a las acciones que emprenda Moncloa, escenificado con la declaración de ayer de Pedro Sánchez, que pese a la reprobación de Soraya Sáenz de Santamaría y la crítica a la actuación policial, exhibe un estadista perfil de sostén a Rajoy, con una salvedad, manteniendo su particular apuesta por el diálogo y la negociación.
Un extremo, este último, que la semana pasada provocó el consiguiente cabreo de los veteranos Borbolla, Ibarra o Leguina, entre otros. Al respecto de esta última polémica interna, el PSOE-A no se posicionó ayer, centrándose en la escenificación de la sintonía que a cuentas del asunto catalán muestra con el federal. Tan así como que cuestionado por una información publicada en el digital El Independiente acerca de que Díaz pretende ceder sus diputados y senadores para aprobar actuaciones contra la secesión sin pasar por la consulta a Ferraz, Cornejo la tachó de «falacia y una mentira», negando igualmente que exista interlocución directa entre la presidenta andaluza y Rajoy.