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Actualizado: 02 oct 2015 / 08:42 h.
  • El ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero. / P. García (Efe)
    El ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero. / P. García (Efe)

Francisco Javier Guerrero ha vuelto. El ex director general de Trabajo imputado en el fraude de los ERE ha solicitado ahora declarar ante la jueza María Núñez dispuesto, «como siempre», a «colaborar en el esclarecimiento» de este fraude millonario en cuyo epicentro aparece su figura. El ex alto cargo, en un escrito, arremete contra el hecho de que el caso se haya mantenido hasta ahora bajo «secreto sumarial encubierto», al asegurar que no contaba con toda «la documentación que manejaban los investigadores».

El escrito fue aportado por su abogado el pasado 10 de septiembre, aunque la petición se conocía justo el mismo día en que daba una entrevista a la prensa. Guerrero pide ahora acudir voluntariamente ante la titular del Juzgado de Instrucción nº6 de Sevilla «una vez el juzgado tenga completada la documentación de los investigadores y la defensa haya podido instruirse».

Eso sí Guerrero, que fue enviado a prisión en dos ocasiones por la jueza Mercedes Alaya, pone sus condiciones, pues pide que se utilicen «los medios audiovisuales que garanticen el fiel reflejo de lo que se depone». «Siempre ha sido deseo del señor Guerrero colaborar al esclarecimiento de los hechos, pero en un clima de apertura en la investigación que no suponga vetos en determinadas líneas, desinterés en otras e inquisitorial en las más», añade el escrito, que critica así el modo de llevar la instrucción de la anterior jueza encargada del caso, Mercedes Alaya.

En este sentido, aclara que si a partir de su segunda citación optó por acogerse a su derecho a no declarar fue por consejo de su abogado, Fernando de Pablo, porque «en las presentes diligencias se ha venido padeciendo de una especie de secreto sumarial encubierto al no contar la defensa con toda la documentación que venía manejando los investigadores», añade el escrito. «La falta de acceso a la documentación y los criterios por los que la Guardia Civil manejaba han constituido una continua indefensión para esa parte, lo que ha provocado la actitud de guardar silencio».