Quizás por la ausencia inicial en el debate de la presidenta Susana Díaz, cuya «falta de interés» le afeó el líder popular, Juan Manuel Moreno, lo cierto es que este cargó más contra C’s que contra el partido que gobierna por dar «un cheque en blanco» a cambio de «absolutamente nada» a unas cuentas diseñadas para «perpetuar» al PSOE en el poder y no para la recuperación económica y la creación de empleo.
Moreno minimizó el beneficio de la bajada del IRPF que tildó de «señuelo» para el apoyo de C’s, habló de «maltrato» a sectores estratégicos como la agricultura y el turismo y falta de inversiones en innovación para el cambio de modelo productivo y del mantenimiento de «una administración política en detrimento de una administración profesional» por aumentar el gasto de los entes instrumentales en vez de restituir poder adquisitivo a los funcionarios. Pero sobre todo, recriminó al PSOE que con un millón de parados, no se ejecute el presupuesto porque «Díaz no sabe gestionar», se devuelvan 1.300 millones para políticas activas de empleo y cuestionó el carácter social de las cuentas que vende el PSOE al tildar a Díaz de ser «la mayor morosa» de las entidades sociales. Un ámbito en el que la consejera de Hacienda contraatacó recordando a Moreno su «firma» en los recortes como secretario de Estado de Servicios Sociales y su «doble rasero» al pedir en Andalucía planes de empleo o rebajas fiscales que no hace Rajoy.
Si el líder popular habló de un «regreso al pasado de Chaves y Griñán» con estas cuentas, la consejera de Hacienda asemejó su falta de «alternativas» a la de sus antecesores «Arenas y Zoido» y le retó a demostrar que «algo ha cambiado en el PP con su llegada» comparando su «política de tierra quemada» con la «oposición constructiva» de C’s, atribuyendo sus ataques a éste a su preocupación por que el electorado premie ésta frente a aquella.