Antonio Álvarez, mejor conocido como “El Bizcocho”, es uno de esos chirigoteros que desde hace ya bastante tiempo se ha ganado un hueco en el corazón de todo buen aficionado al carnaval. Cada mes de febrero arriba en Cádiz con su chirigota, y siempre da auténticas lecciones de humor con mucho arte, pero sobre todo con muy poca vergüenza.
El Correo de Andalucía ha tenido la oportunidad de conversar con él, y ver cómo afronta este carnaval tan distinto, que no porque nos falte la celebración del COAC 2021, estará falto de nuevas letras y esa pasión que a todos nos pone el vello en pie cada febrero.
¿Cómo va a vivir estos carnavales?
- Bien, yo no paro de escribir. Durante el confinamiento escribí la chirigota que se supone que iba a ser la de 2021 y cuando ya vimos que definitivamente no iba a haber carnaval la guardé, porque estaba bastante adelantada. Luego empecé a escribir otra, todavía en el confinamiento, con la intención de sacarla, aunque fuese en casa en cuanto estuviese lista; si llegaba en mayo o cuando fuese la presentamos donde y como sea. Como ves, por escribir no pero después el carnaval va a ser muy raro, le vamos a echar mucho de menos. Era nuestro “recreo”, después de estar trabajando todo el año, esto era lo que nos hacía feliz y nos lo han quitado.
Respecto a esa chirigota que ya tiene casi lista, ¿Van a hacer algo estos carnavales, vía online o cosas de ese estilo?
- No, porque, además, han salido unos contratos con la chirigota del muerto y pensamos que eso para el aficionado está muy guay ver ahora un festival con Los Hinchapelotas, con la chirigota del Juan, con la del Manuel. Por lo tanto, como eso es lo que tenemos más próximo, me encuentro escribiendo letras nuevas de la chirigota del muerto, para esos festivales.
“Un carnaval hubiera molado con todo esto, porque comidilla había mucha, y a parte con todo lo que ha pasado entre 2020 y lo poco que llevamos de 2021”
¿Cree que se podría haber hecho un concurso diferente en el Falla?
- Se podría haber hecho, aunque yo soy de decir “o suena a flamenco, o no suena”, me refiero a que si se hacía debía hacerse bien. Porque si ya a veces cuesta muchísimo levantar al teatro cuando está lleno, imagínate con un aforo del treinta por ciento o incluso vacío. Hubiese sido muy frío.
Con esto de la pandemia, ¿Qué nombres cree que podríamos haber visto en las agrupaciones?
- Me coges en blanco... pero no voy a quedar malamente, porque se supone que yo soy un genio y tengo que responderte algo –ríe–. Es bastante complicado así en frío, pero lo que sí puedo decirte es que sobre las nuevas letras de la chirigota del muerto vienen cargadas de humor negro. El primer chiste del pasodoble dice “¿a qué le escribimos este año? porque si pensamos en los hospitales, ya habrá caído mucha gente”, utilizando ese doble sentido que luego es lo que mejor recibe la gente.
¿Quién habría recibido más letras este año, Fernando Simón o Salvador Illa?
- Fernando Simón, sin duda, porque es el más “cachondeable”. Es más imitable, y también por optimista... se las hubiese llevado todas Simón. Aunque respeto mucho su labor, porque esta situación está siendo muy difícil de gestionar. Un carnaval hubiera molado con todo esto, porque comidilla había mucha, y a parte con todo lo que ha pasado entre 2020 y lo poco que llevamos de 2021; entre la pandemia, el asalto al capitolio, Filomena... están pasando cosas que no han pasado nunca. Y luego está La isla de las tentaciones, con el chaval este que estaba sacándole el corcho a la botella.
¿Cree que existe cierto recelo a la hora de premiar a las agrupaciones de Sevilla?
- Entrar en una final del carnaval de Cádiz no es fácil, así que ya se puede considerar un premio llegar a ella. Yo esta situación la comparo mucho con Sevilla y la Semana Santa; hay que demostrar mucho para poder entrar. Ahora por ejemplo ha llegado la banda de Rosario de Cádiz, que para mí esta entre las tres mejores, y se ha ganado su sitio y ahora a ver quién la echa. Y en más de una ocasión he escuchado en las retransmisiones cuando llega la banda a La Campana al comentarista de decir: “Esta banda tiene marchas peculiares” y cosas de ese tipo... en vez de decir que es un pedazo de banda y que suena espectacularmente bien. Y eso es lo que me pasa, a veces, a mí en Cádiz con algunos medios.