El patrimonio inmaterial, todos esos monumentos que son pilares culturales pero intangibles porque no están hechos de piedra, ya tienen su guía de referencia. Se trata del Atlas del Patrimonio Cultural Inmaterial online, un monumental trabajo que desde ayer domingo puede visitarse a través de la página web del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) –www.iaph.es/patrimonio-inmaterial-andalucia– y que compila rituales festivos, oficios, saberes o platos típicos de las diferentes regiones.
Lo primero que debe quedar claro es que no estamos ante una enciclopedia exhaustiva, es decir, que sus autores han seleccionado las manifestaciones que les parecen más representativas teniendo en cuenta que no son pocas las que se repiten en muchos municipios. Lo segundo es que la inclusión en este atlas no significa darle mayor o menor categoría o rango patrimonial a lo elegido, no supone por ejemplo que esté en la senda de ser declarado bien de interés cultural.
El atlas cuenta de partida con más de 1.700 referencias y su base de datos permite realizar consultas sobre este patrimonio (el más singular y efímero) de las ocho provincias andaluzas y sus municipios, que para la ocasión se han agrupado en 62 comarcas. De cada territorio se han registrado los ejemplos de las tipologías dominantes, «atendiendo a su valor identitario y teniendo siempre en cuenta la valoración otorgada por parte de la población y su nivel de representatividad», explica la Consejería de Cultura en una nota.
Los bienes culturales inmateriales registrados están agrupados en cuatro grandes ámbitos o categorías temáticas: rituales festivos; oficios y saberes; modos de expresión, y alimentación y sistemas culinarios. Se pretende ofrecer así una visión integradora de este patrimonio mediante la relación de la información entre los diferentes ámbitos temáticos. A su vez, las actividades y manifestaciones registradas están vinculadas con espacios y objetos que les son inherentes, ya sean de carácter mueble o inmueble. Por todo ello, como una «auténtica guía de emociones» define el consejero de Educación, Cultura y Deporte en funciones, Luciano Alonso, este atlas que, a su juicio, permite al ciudadano disfrutar de este patrimonio y a la vez realiza una importante labor para su «salvaguarda y difusión».