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Actualizado: 03 mar 2020 / 11:48 h.
  • Pepe Viyuela: «En Sevilla hay que estar a la altura porque el público es muy severo»
    Pepe Viyuela interpreta a Estragón en la obra teatral ‘Esperando a Godot’. / Pentación Espectáculos

Los próximos días, del 5 al 8 de marzo, se podrá disfrutar en el Teatro Lope de Vega la obra ‘Esperando a Godot’, una tragicomedia protagonizada por Pepe Viyuela, Alberto Jiménez, Juan Díaz, Fernando Albizu y Jesús Lavi.

En los días previos al estreno de la obra en Sevilla, El Correo de Andalucía tuvo el placer de compartir algunos detalles con uno de sus protagonistas: Pepe Viyuela, conocido por «el Chema» de Aída, una popular serie televisiva que emitió un total de diez temporadas. El actor, nacido en Logroño, ha protagonizado numerosas piezas teatrales, tales como ‘Encerrona’, ‘El Baile’, ‘El silencio de Elvis’, ‘El burlador de Sevilla’ y ‘Metamorfosis de Mary Zimmerman’, entre otras.

A lo largo de los dos actos que componen ‘Esperando a Godot’, los protagonistas, Vladimir (Alberto Jiménez) y Estragón (Pepe Viyuela) esperan al misterioso personaje de Godot. Mientras tanto, los extraños y humildes amigos hablan, discuten, juegan, se desafían, se reconcilian, se repelen, pero, sobre todo, se necesitan mutuamente para seguir adelante y buscar la felicidad.

‘Esperando a Godot’ es un clásico del siglo XX escrito por Samuel Beckett que reúne la fuerza, la poesía, la ternura, el dolor y la risa. En la adaptación dirigida por Antonio Simón se añade un componente esencial en la actual sociedad: el humor. Por su parte, la producción corre a cargo de Pentación Espectáculos.

Pregunta- ¿Cómo le ha tratado la ciudad de Sevilla en sus últimas visitas?

Respuesta- Sevilla es siempre una ciudad muy acogedora y que en la tradición del teatro siempre tiene mucho sabor. Es un lugar a donde siempre te apetece volver y uno se siente siempre muy bien acogido, donde hay mucha hospitalidad y donde el público es muy severo, en el sentido de que conoce muy bien las funciones. Con Sevilla uno tiene un especial cuidado porque sabe que es un público conocedor de lo que va a ver, que tiene criterio, por lo que uno tiene que estar a la altura de las circunstancias.

P- Anteriormente ha trabajado en numerosas obras teatrales, entre las que destaca ‘El burlador de Sevilla’. ¿Guarda algún parecido el personaje de entonces, Catalinón, el criado de Don Juan, con el de ahora?

R- Creo que son personajes totalmente diferentes. Afortunadamente los actores tenemos esa suerte. Los personajes tienen unas diferencias que te permiten jugar con registros que no tienen nada que ver uno con el otro. No creo que tengan nada que ver los personajes, pero sí hay un registro base que tiene que ver conmigo mismo, porque uno no puede borrarse.

P- Su último proyecto en televisión fue la serie ‘Matadero’, ¿tiene otros compromisos televisivos próximamente?

R- Actualmente se está armando un proyecto, pero todavía no tiene fecha. Es una serie basada en un episodio histórico español de los años sesenta, pero no está armado, así que no nos permiten hablar porque la idea es muy original. Es algo sobre lo que probablemente en los próximos meses comience a hablar, pero ahora mismo estoy centrado en el teatro y en el cine.

P- ¿Le siguen nombrando por el “Chema” de Aída cuando lo ven por la calle?

R- Sí, y supongo que se debe a que se sigue emitiendo y la gente lo tiene presente. Es algo que me parece bonito. Yo no tengo ningún interés en que la gente me conozca por mi nombre, pero que la gente me conozca a través de mis personajes me parece muy bonito. Hay gente que no sabe mi nombre, pero sí que sabe el nombre del personaje de Aída y me gusta. Por lo que quiero que me conozcan es por mi trabajo, no por otra cosa.

P- Con respecto a la obra, Vladimir, interpretado por Alberto Jiménez, y Estragón son dos amigos que, en la espera de Godot, protagonizan muchas aventuras. ¿Cómo definiría la relación entre Vladimir y Estragón? ¿Tiene a alguien en su círculo de amigos con el que se pueda sentir identificado?

R- La relación entre Vladimir y Estragón es de necesidad. Se necesitan el uno del otro para seguir adelante. Las circunstancias de vida que tienen no admiten el silencio o la soledad; necesitan siempre el apoyo del otro, y cuando intentan separarse la vida se vuelve más difícil. Yo creo que todos tenemos en nuestro entorno gente con la cual tenemos esa relación de dependencia, de necesidad, bien sea con nuestros padres, familias, hermanos, relaciones de pareja, de amistad... En la función se habla de esa relación de dependencia «sana», de necesitar a alguien para poder vivir con una menor infelicidad. El ser humano es fundamentalmente social y nos necesitamos los unos a los otros para poder seguir viviendo.

P- ¿Cómo es trabajar con Alberto Jiménez?

R- Con Alberto he trabajado muchas veces y tenemos una relación de amistad que se remonta prácticamente treinta años atrás. Nuestra relación en el escenario permite ver todo ese buen rollo de amistad y complicidad. Es alguien a quien quiero mucho y yo también me siento muy querido por él. Desde la época en la que éramos estudiantes en la escuela de Arte Dramático de Madrid tenemos una amistad muy hermosa y que se mantiene viva. Cuando nos plantearon la posibilidad de trabajar juntos en este proyecto se nos abrió un mundo de oportunidades para revivir la época pasada y para seguir construyendo esta amistad. Somos mayores, pero nuestro cariño sigue creciendo, y cada día en el escenario, las dos horas tan intensas que pasamos juntos nos ayudan a seguir construyendo esta amistad. Yo estoy viviendo un momento muy feliz en mi vida profesional. Con Alberto han sido siempre encuentros felices y ahora, después de tantos años, volver a vivir esta experiencia, es muy bonita.

Pepe Viyuela: «En Sevilla hay que estar a la altura porque el público es muy severo»
Vladimir (Alberto Jiménez) y Estragón (Pepe Viyuela) en escena. / Pentación Espectáculos

P- ¿Qué destaca de su personaje, Estragón? ¿Encuentra alguna similitud con él?

R- Estragón es un ser muy vulnerable y muy olvidadizo; tiene muchos problemas con la memoria. Es muy dependiente de Vladimir, su gran amigo. Yo también soy dependiente de mis seres queridos y soy una persona vulnerable. Y con lo que respecta a la memoria, también reconozco que de pronto la vida se te va borrando o desdibujando y vas viendo que pierdes la estela. Es un personaje al que adoro. Me está gustando mucho trabajar y vivir dentro de este personaje, porque me enriquece. Me hace reflexionar mucho y me hace sentir muchas cosas, tanto en el escenario como fuera cuando converso con amigos o con el público. Me hace ver la vida desde ese prisma y desde esa vulnerabilidad. Es un personaje muy frágil, y la fragilidad creo que es hermosa. Estragón es como una copa de cristal frágil al que da miedo tocar porque se puede romper en cualquier momento, y es un ser precioso. Nunca había tenido la ocasión de trabajar este personaje, pero me queda un año entero de convivir con él y estoy muy feliz.

P- Ahí es cuando Vladimir actúa de bastón de apoyo para Estragón, ¿no?

R- Claro, y siendo Vladimir interpretado por Alberto, cada vez que lo miro siento muchas cosas personales.

P- ¿Cree que la obra puede reflejar en cierta medida la situación de la sociedad actual?

R- Sí. Todos los grandes clásicos tienen una capacidad para sobrepasar el tiempo, y ‘Esperando a Godot’ fue escrita en los años cincuenta en un contexto totalmente diferente, pero sigue tocándonos muy de cerca, porque no se refiere a un momento determinado de la historia. Se refiere a lo más hondo del espíritu humano y tiene mucho que ver con esas preguntas que nos llevamos haciendo toda la vida: el sentido de nuestra vida, el miedo a la soledad, al vacío, esa necesidad constante de rellenar nuestra existencia con cosas que valgan la pena: el amor, una dedicación a alguna actividad que nos haga sentirnos muy vivos. La vida está llena de esperas, estamos continuamente esperando cosas: momentos de felicidad, que algo nos suceda y que nos ilumine, estamos esperando el amor, una oportunidad profesional... Estamos siempre esperando «Godots», y creo que Samuel Beckett escribió la obra y trascendió en el tiempo de tal forma que habla de la condición humana en cualquier época.

Pepe Viyuela: «En Sevilla hay que estar a la altura porque el público es muy severo»
Reparto de la obra ‘Esperando a Godot’. / Pentación Espectáculos

P- ¿Por qué recomienda al público ir a ver ‘Esperando a Godot’?

R- Sobre todo por el propio texto y por la propia genialidad del autor. Si algo tienen de bueno los Premios Nobel es que subrayan el talento de alguien, y gran parte fue debido gracias a esta función. La gente no debería perderse un clásico así, y si lo conoce es la oportunidad de volver a encontrase con un momento genial de la historia del teatro y con la posibilidad de ver una versión en la que nosotros creo que, humildemente, hemos aportado algo bueno: el humor. Hay mucho humor en esta versión, en esta puesta de escena. Hemos intentado que la esperanza, a través del humor, esté muy presente en cada uno de los momentos de la función.