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Actualizado: 18 abr 2021 / 09:39 h.
  • Rafael Riqueni: «Suite Sevilla tiene hoy la frescura de una obra nueva»

Juntar a dos genios de la música de dos generaciones distintas como Rafael Riqueni (1962) y Juan Manuel Busto (1987) tiene, por fuerza, que multiplicar la onda expansiva de la inspiración que el ritmo de sus propias vidas, tan distintas, ha ido produciendo en el pentagrama invisible de lo que ellos, a diferencia del resto de los sevillanos, oyen cuando escuchan atentos la ciudad. La Bienal los presentó y los dejó a su aire, conversando, componiendo, recordando, matizando, para que rescataran la primera obra que fusionó con verdadero éxito la música clásica y el flamenco, el álbum Suite Sevilla que Riqueni sacó allá por 1993, cuando la capital hispalense cerraba los fastos de aquella Expo que la transformó por fuera pero que le reconcentró sus esencias para siempre.

Suite Sevilla, concierto para guitarra y orquesta, y no cualquier orquesta, sino la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS), dirigida por Manuel Busto, abre el Teatro Maestranza el próximo sábado 24 para ofrecer la definitiva encarnación de una obra imperecedera y que, a juicio de su autor, “conserva siempre la frescura del primer día”. Suite Sevilla fue adaptada en 2011 por el Ballet Nacional de España con un espectáculo que ha sido representado en numerosos escenarios del mundo.

Seguramente Riqueni es el músico flamenco sevillano que cuenta con mayor reconocimiento como compositor y que, al mismo tiempo, ha desarrollado un inimitable estilo en la guitarra a través de su contrastada influencia clásica. Ha desarrollado corrientes del romanticismo español e incluso del impresionismo para crear un concepto armónico muy suyo y que ha derivado en lo que hoy se entiende por música contemporánea andaluza. En ese sentido, hace apenas cuatro años, en 2017, contribuyó a ello con el disco Parque de María Luisa, considerado uno de los mejores de España por los principales críticos y diarios.

El próximo sábado se le entregará a Riqueni el Giraldillo Ciudad de Sevilla en un sábado de feria atípico que promete, sin embargo, estar cargado de fuertes emociones. No en vano, el propio guitarrista ha definido este debut suyo con la ROSS como “el concierto más importante de toda mi carrera”.

Busto, el joven compositor y director de Los Palacios y Villafranca, es seguramente uno de los músicos españoles con más proyección en el panorama sinfónico. El año pasado estrenó la doble producción El Amor Brujo-La Vida Breve de Falla nada menos que en la Ópera Nacional de Taiwán, y ha compuesto diversos encargos para ser representados justamente por el Ballet Nacional de España en las últimas temporadas. Su dedicación, respeto y entusiasmo por el flamenco es constante. Su capacidad de imaginación y de trabajo es, de momento, inagotable.

Desde El Correo de Andalucía pudimos hablar este pasado viernes con Riqueni para preguntarle por la magia de volver a hallar alianzas en Los Palacios y Villafranca, ese pueblo entre la marisma y la campiña, huerta creciente de Sevilla, donde él empezó a ser consciente de sus posibilidades con la guitarra, por el concierto del próximo sábado y por la obra en sí.

-¿Hace mucho que conocía usted a Juan Manuel Busto?

-Yo había oído hablar de él, pero no sabía si iba a trabajar con él precisamente en este proyecto. La satisfacción ha sido total por conocer a un genio de la música como es Juan Manuel Busto.

-Rafael Riqueni empezó precisamente en Los Palacios con otro maestro guitarrista...

-Sí, efectivamente. Yo era muy pequeño y me daba clases Manolo Carmona en Los Palacios, que en aquellos tiempos era de los pocos guitarristas que tocaba las cosas de Paco de Lucía. Él me empezó a enseñar las falsetas y las técnicas de Paco, y la verdad es que tengo un recuerdo precioso de todo aquello.

Rafael Riqueni: «Suite Sevilla tiene hoy la frescura de una obra nueva»

-¿Qué edad tenía usted entonces?

-Uf, era un niño, tendría como 14 años o así.

-¿Ha tenido usted más experiencias ya profesionales con Manolo Carmona?

-Manolo se dedicaba a algunas peñas con cantaores, pero después dejó un poco la guitarra y empezó a trabajar en el banco Bilbao.

-La obra que se presenta en el Maestranza el próximo sábado, Suite Sevilla, tiene una gran historia detrás, ¿no?

-Efectivamente. La obra es del año 1993 y han pasado muchos años desde entonces, pero al cogerla de nuevo para este trabajo ha sido como que la obra es muy actual. Es un clásico. No han pasado los años por ella, tiene la frescura de una obra nueva.

-Cuando se compuso la obra, Rafael Riqueni era un chiquillo...

-[Risas] Hombre, tanto como un chiquillo tampoco... Yo tendría unos 32 años...

-¿Y qué le inspiró entonces?

-Bueno, yo empiezo a imaginarme, desde Madrid, diferentes sitios de la ciudad y hago un recorrido en la misma forma que hizo Isaac Albéniz con su Suite Iberia, con los cuatro cuadernos y tres piezas cada uno, salvando la diferencia de la composición de Albéniz con la mía, pero, quiero decir, siguiendo ese mismo formato, y después estuve tocándolo para dos guitarras con José María Gallardo. Aquí en España hicimos bastantes presentaciones, y luego, en el extranjero, se estrenó en Houston, luego en Francia, y tengo un recuerdo fantástico. Pero ahora he hecho una reducción para una guitarra con orquesta.

Rafael Riqueni: «Suite Sevilla tiene hoy la frescura de una obra nueva»

-¿Ha cambiado mucho la obra?

-No, la obra es tal cual, porque al tener la suerte de trabajar con Juan Manuel, al oírlo, el arreglo es prácticamente lo que yo quería. Los mismos matices, las mismas tonalidades, que se han respetado, todo igual.

-Qué bonito mezclar la música clásica con la flamenca. Algunos siguen pensando que son dos polos opuestos...

-Sí, puede haber aún demasiados comentarios sobre la invalidez de estos proyectos. Son diferentes en el concepto, en la forma de cruzar la guitarra flamenca y la guitarra clásica, pero lo que ocurre es que al poder tomar de la música clásica elementos que no tiene la guitarra flamenca, y tomar elementos de la guitarra flamenca para la clásica, pues lo que se produce es un enriquecimiento enorme, una riqueza armónica y una expresión fantásticas, y que, por supuesto, coger la música popular y el flamenco para adaptarla al piano fue exactamente lo que hizo Isaac Albéniz.

-¿Había ya grandes reformadores de la guitarra en los años 90?

-Sobre todo en Madrid, donde yo me fui recién me casé para buscarme más posibilidades, sí, había un movimiento fuerte de guitarristas virtuosos, la verdad.

-Después del concierto del sábado, ¿tiene Riqueni más proyectos?

-Bueno, incluso antes, porque el día antes, el viernes 23, sale mi último disco, Herencia, que va a ser un homenaje a los grandes maestros de la guitarra, que han dejado un poso en mi manera de tocar, por supuesto. Les dedico temas a Pepe Habichuela, a Paco [de Lucía], a Manolo Sanlúcar, a Enrique de Melchor, a Serrranito, a Tomatito, incluso a Enrique Morente...