Juntar a dos genios de la música de dos generaciones distintas como Rafael Riqueni (1962) y Juan Manuel Busto (1987) tiene, por fuerza, que multiplicar la onda expansiva de la inspiración que el ritmo de sus propias vidas, tan distintas, ha ido produciendo en el pentagrama invisible de lo que ellos, a diferencia del resto de los sevillanos, oyen cuando escuchan atentos la ciudad. La Bienal los presentó y los dejó a su aire, conversando, componiendo, recordando, matizando, para que rescataran la primera obra que fusionó con verdadero éxito la música clásica y el flamenco, el álbum Suite Sevilla que Riqueni sacó allá por 1993, cuando la capital hispalense cerraba los fastos de aquella Expo que la transformó por fuera pero que le reconcentró sus esencias para siempre.
Suite Sevilla, concierto para guitarra y orquesta, y no cualquier orquesta, sino la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS), dirigida por Manuel Busto, abre el Teatro Maestranza el próximo sábado 24 para ofrecer la definitiva encarnación de una obra imperecedera y que, a juicio de su autor, “conserva siempre la frescura del primer día”. Suite Sevilla fue adaptada en 2011 por el Ballet Nacional de España con un espectáculo que ha sido representado en numerosos escenarios del mundo.
Seguramente Riqueni es el músico flamenco sevillano que cuenta con mayor reconocimiento como compositor y que, al mismo tiempo, ha desarrollado un inimitable estilo en la guitarra a través de su contrastada influencia clásica. Ha desarrollado corrientes del romanticismo español e incluso del impresionismo para crear un concepto armónico muy suyo y que ha derivado en lo que hoy se entiende por música contemporánea andaluza. En ese sentido, hace apenas cuatro años, en 2017, contribuyó a ello con el disco Parque de María Luisa, considerado uno de los mejores de España por los principales críticos y diarios.
El próximo sábado se le entregará a Riqueni el Giraldillo Ciudad de Sevilla en un sábado de feria atípico que promete, sin embargo, estar cargado de fuertes emociones. No en vano, el propio guitarrista ha definido este debut suyo con la ROSS como “el concierto más importante de toda mi carrera”.
Busto, el joven compositor y director de Los Palacios y Villafranca, es seguramente uno de los músicos españoles con más proyección en el panorama sinfónico. El año pasado estrenó la doble producción El Amor Brujo-La Vida Breve de Falla nada menos que en la Ópera Nacional de Taiwán, y ha compuesto diversos encargos para ser representados justamente por el Ballet Nacional de España en las últimas temporadas. Su dedicación, respeto y entusiasmo por el flamenco es constante. Su capacidad de imaginación y de trabajo es, de momento, inagotable.
Desde El Correo de Andalucía pudimos hablar este pasado viernes con Riqueni para preguntarle por la magia de volver a hallar alianzas en Los Palacios y Villafranca, ese pueblo entre la marisma y la campiña, huerta creciente de Sevilla, donde él empezó a ser consciente de sus posibilidades con la guitarra, por el concierto del próximo sábado y por la obra en sí.
-¿Hace mucho que conocía usted a Juan Manuel Busto?
-Yo había oído hablar de él, pero no sabía si iba a trabajar con él precisamente en este proyecto. La satisfacción ha sido total por conocer a un genio de la música como es Juan Manuel Busto.
-Rafael Riqueni empezó precisamente en Los Palacios con otro maestro guitarrista...
-Sí, efectivamente. Yo era muy pequeño y me daba clases Manolo Carmona en Los Palacios, que en aquellos tiempos era de los pocos guitarristas que tocaba las cosas de Paco de Lucía. Él me empezó a enseñar las falsetas y las técnicas de Paco, y la verdad es que tengo un recuerdo precioso de todo aquello.