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Actualizado: 21 abr 2021 / 11:56 h.
  • Un cliente revisa la colección de Discos Latimore/ Julio Mármol.
    Un cliente revisa la colección de Discos Latimore/ Julio Mármol.

Discos Latimore parece, desde el exterior, una gigantesca cabina de teléfono inglesa. Una de esas cabinas desde las que ya nadie llama y que disfrutan, no obstante, de una segunda vida como cenotafios a un pasado próximo que nos resistimos a abandonar. Bajo un cartel en el que se lee “Mardi Gras”, un escaparate invita a detenerse un segundo y observar. En la tienda, varias filas de perchas rebosan camisetas de grupos como Los Beatles o los Rolling stones, pero también de películas como Pulp fiction o series como La casa de papel. Aquí y allá se disponen guitarras en miniatura, a imagen y semejanza de las de Eric Clapton o B.B.King. En el centro de la cabina telefónica, están los discos.

En Sevilla, sólo hay dos tiendas de discos. Una es Latimore y la otra, Records Sevilla. Ambas conviven en la calle Amor de Dios, separadas por menos de cien metros. Miguel Ángel, o Goyo, como prefiere presentarse, lleva dos décadas trabajando en Discos Latimore. De voz enérgica, quizá consecuencia de sus años como batería en varias bandas, Miguel Ángel dice que este año ha sido fatídico para el local. El débil flujo de turistas, su público principal, no es suficiente. Los discos se acumulan en los ya abigarrados cajones, agrupados por género musical. De Bob Dylan a Manuel Agujetas en tres pasos.

Las tiendas de discos, al igual que el vinilo, llevan años faltando a su funeral. El elepé no sólo no ha desaparecido, como se auguró con el cambio de siglo, sino que se comienza a recobrar su vigor inicial. En Estados Unidos, el microsurco ha superado en ventas al CD, formato que lo empujó al borde del precipicio y amenazó con convertir en una reliquia sigloveintesca al vinilo, a la altura de los casetes o los aún más remotos gramófonos. El CD, en cambio, es ahora el que se encuentra a las puertas de la desaparición, mientras que estos parecen ser los felices años veinte del elepé. Bruce Springsteen, entre otros muchos músicos, han retornado a un formato que nació para correr.

Vinilos al alza, clientes a la baja: El presente de las tiendas de discos
Junto con el vinilo, la venta de camisetas ayuda a sobrevivir a negocios como Discos Latimore/ Julio Mármol.

Esta resurrección puede explicarse, en parte, por la creciente añoranza hacia un mundo que ya no existe. Sin embargo, Goyo cree que tras la fiebre del vinilo hay algo más que nostalgia. “El que compra discos con frecuencia, lo hace por melomanía”, dice. “Vivimos en tiempos en los que la música parece algo etéreo, inmaterial, y el vinilo te da la posibilidad de atesorar un pedazo físico de música”.

En el mercado de la melancolía triunfan, no obstante, los recién llegados . Grandes compañías como Amazon se han transformado en las vías más populares para la compra y venta de discos. Frente a estos gigantes, tiendas como Latimore no tienen nada que hacer, a pesar de que, como advierte Miguel Ángel, los precios que ofertan son casi indistinguibles de los que pueden encontrarse en un local tradicional.

Como alternativa, subsiste Discogs. En esta página web, las tiendas de música y particulares alrededor del mundo comparten sus catálogos. Desde vinilos muy populares hasta rarezas insospechadas esperan, a un clic de distancia, a su futuro propietario.