El Betis se despide hoy de uno de los iconos de su historia. No es un futbolista, ni un entrenador, ni un directivo, ni un aficionado. Es un estadio. El Vicente Calderón. Allí quedaron grabadas dos de las fechas más significativas de los 109 años de vida de la entidad verdiblanca: el 25 de junio de 1977 y el 11 de junio de 2005. Dos finales de la Copa del Rey, dos victorias, dos títulos. Hoy no hay ningún trofeo en juego y sólo es la 18ª jornada de Liga de la temporada 2016-17, así que la intrascendencia del día es admisible para cualquier persona que no sea del Betis, pero para los béticos no es una jornada cualquiera. Su equipo jugará por última vez en el campo que el Atlético edificó en los años 60 en la misma orilla del río Manzanares y la ocasión, naturalmente, se merece un recuadro en la biografía del club de Heliópolis y, por qué no, un buen resultado.
El objetivo del Betis no puede ser otro que brindar una digna despedida a ese estadio que tanto le ha dado. Un adiós a la altura de un mito. El romanticismo, en todo caso, no parece un argumento lo bastante sólido para fundamentar el optimismo del bético. A lo intangible de la memoria, por muy hermosa que sea, se imponen la tozudez y contundencia de los hechos. He aquí algunos: el Betis todavía no ha ganado dos partidos seguidos esta temporada y ante el Atlético acumula nueve enfrentamientos oficiales sin vencer; sus dos últimas visitas al Calderón se resolvieron con un 5-1 y un 5-0 en contra; y, sobre todo, hay 200 millones de euros de diferencia entre el presupuesto colchonero (266 millones) y el bético (67).
La dificultad teórica que para el Betis representa la visita al Atlético aumenta de intensidad si se comprueba su deficiente rendimiento lejos del Villamarín, que Víctor no ha arreglado (tres derrotas en tres desplazamientos). Las bajas tampoco ayudan: el conjunto verdiblanco pierde a Bruno y Petros por sanción y Sanabria por lesión, sin olvidar al ausente Mandi. En total, cuatro titulares indiscutibles, dos de ellos centrales. A cambio, Joaquín regresa tras su problema muscular. La lógica invita a pensar que Donk volverá a la defensa y Brasanac al centro del campo, pero hay otras alternativas y más dudas, como Piccini o Rafa Navarro y Joaquín o Álex Alegría. El Atleti también tiene bajas (Oblak, Augusto Fernández, Tiago y Thomas), pero tiene a Simeone en el banquillo, a su muro del centro del campo (Gabi-Saúl-Koke), a Griezmann y, hay que insistir, más de 260 millones de presupuesto. Habrá que ver si el romanticismo puede con eso.
