Cuatro horas con un receso de quince minutos en la Sala 3ª de lo Criminal de la Audiencia Provincial de Sevilla. No es el mejor plan de la historia para una mañana de abril, pero también hay hueco para el humor en circunstancias tan adversas. Como cuando el abogado del Betis, Antonio Ocaña, se refirió al perito que presentó Farusa, Julio César Calvo Malvar, como «Calvo Melgar o algo así». Hasta la abogada de Lopera cambió su rictus serio por una franca sonrisa. O cuando el abogado de PNB, Pedro Rodríguez de la Borbolla, tras decir que pensaba ser breve (era el último en intervenir), se lo pensó dos veces: «Bueno, ahora que me he lanzado me lo he repensado», dijo. Él mismo fue quien pidió un pequeño receso pasado el mediodía, cuando ya habían hablado la fiscal Viera y Ocaña.
La sesión, prevista para las 9.30, comenzó con media hora de retraso. Lopera subió a la cuarta planta de la Audiencia junto a sus abogados y... Adolfo Cuéllar, el representante de la Liga de Juristas Béticos. El de PNB ajustaba la corbata a Ángel Martín antes de entrar en la sala. El presidente de esa plataforma, José Antonio Tirado, asistió como oyente. Faltó una de las tres mujeres acusadas y hubo un letrado menos en la bancada de Montero Aramburu. En el intermedio, el letrado que representa a Béticos por el Villamarín, José Aurelio Ruiz, departía amigablemente con dos presuntos enemigos, Luis Oliver y Joaquín Zulategui. En realidad es complicado, por no decir imposible, no ver a los responsables de Bitton charlando en tono jovial con cualquiera, sea periodista o acusado. Y no, esta vez Lopera no habló del sueldo que nunca se puso en el Betis ni citó a Alfonso, Jarni, Finidi y Denilson.