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Actualizado: 31 ene 2017 / 16:50 h.
  • El Betis más ambicioso de los últimos años
    Siete jugadores del Betis en el campo del Barcelona tras un saque de portería.
  • El Betis más ambicioso de los últimos años
    Otro ejemplo: ahora son seis los jugadores que presionan arriba.
  • El Betis más ambicioso de los últimos años
    Este mapa está en la web del Barça y representa la posición que más frecuentó cada jugador. Obsérvese la de Piccini (12) y Durmisi (14). Del centro del campo hacia atrás, sólo Adán, los centrales y Petros / FC Barcelona

El Betis redujo el inmenso potencial creativo y ofensivo del Barcelona casi a la nada y estuvo a punto de quedarse los tres puntos de una victoria que habría sido más que merecida, goles fantasma al margen, con el valor añadido de que frenó a un rival en un excelente momento de forma, con cinco triunfos consecutivos en todas las competiciones. Muchos equipos lo intentan y pocos lo logran. ¿Cómo lo hizo el Betis? Pues la respuesta es tan simple de explicar en este trozo de texto como difícil de ejecutar en un campo de fútbol: siendo valiente y ambicioso. Víctor Sánchez del Amo, que suele guiarse por la prudencia y prioriza la seguridad defensiva, hizo suyo aquello de que la mejor defensa es un buen ataque y la consecuencia es que su equipo experimentó una metamorfosis radical. Y beneficiosa, para sus intereses deportivos y para su credibilidad ante su afición, que contra el Sporting le reprochó su escaso o nulo interés por ganar el encuentro.

Fue el Betis más ambicioso de los últimos años y el principal síntoma de esa alegría táctica fue una presión adelantadísima. El Betis quiso que el balón estuviese lo más lejos posible de Messi y sus escuderos y el mejor reflejo de ese propósito fue la presencia de más jugadores verdiblancos que blaugranas en el campo rival cada vez que Ter Stegen sacaba de portería. La estampa se repitió decenas de veces hasta que Álex Alegría logró el 1-0. Ya con ventaja, el Betis dio el lógico paso atrás.

La estrategia bética resultó tan rotunda que hubo veces, y no fueron pocas, en las que había hasta siete futbolistas del Betis en la mitad de la parcela perteneciente a su adversario, lo que significaba que detrás sólo quedaban los tres centrales. Dentro del terreno azulgrana solían estar como mínimo los dos delanteros, Dani Ceballos y los dos presuntos laterales. El utrerano fue mediocentro, pero también ejerció de mediapunta y, en la presión, de tercer delantero. Piccini y Durmisi pasaron mucho tiempo del centro del campo hacia delante para conformar una especie de línea de cuatro, de modo que los dos pivotes, Petros y Rubén Pardo, tuviesen más opciones a la hora de desplegar el juego ofensivo. Por cierto, el brasileño y el riojano se quedaban dentro del círculo central, no más atrás, en esa fase defensiva inicial. Si el Barça cruzaba la medular con el balón controlado, se replegaban hasta la corona del área, en sintonía con Piccini y Durmisi. Entonces el esquema sí se convertía en el habitual 5-3-2 con todos los huecos muy bien tapados. Huelga decir que el éxito también se basó en un encomiable esfuerzo físico y en el criterio que mostró cuando recuperaba el balón y emprendía la fase atacante.

El encuentro contra el Barcelona no tuvo nada que ver con la mayoría de los partidos que el Betis ha jugado con Víctor en el banquillo. En ellos, la norma es que el sistema de cinco defensas lo condena a desenvolverse con inferioridad en el centro del campo y prestarse al dominio del oponente de turno. Aunque resulte paradójico o parezca contradictorio, el Betis jugó mucho mejor contra el Barça (aunque no ganó) que en sus victorias ante Las Palmas y el Leganés en la Liga o el Deportivo en la Copa.

Pocos balonazos y mucha precisión en el pase

La llamativa táctica bética en un choque de tanta dificultad cuenta con el respaldo de algunos datos estadísticos que a priori se antojaban inviables, teniendo en cuenta quién era el enemigo. El principal es que el Betis lanzó más remates que el conjunto más goleador del campeonato: 17, por 10 del Barça. De ellos, 7 fueron a portería, por 4 de su rival. También sacó más saques de esquina (8 / 2), recuperó más balones (69 / 62) y perdió menos (125 / 144).

La mayoría de estas cifras procede del repaso que el vigente campeón de Liga publica en su web. También constan otras muy indicativas de lo que ocurrió en el Villamarín. Por ejemplo, los duelos aéreos ganados: 71% para el Betis y 29% para el Barça. ¿Quién fue más intenso? Ahí está la respuesta. Y hay más. El Betis dio 268 pases (552 del Barça), pero no se cebó con los balonazos: sólo el 16% (43 pases) fue en largo, y muchos respondieron a cambios de orientación de Rubén Pardo y Dani Ceballos. La precisión alcanzó el 74% (83% para los visitantes), un gran porcentaje que apenas bajó al 73% en los pases en el campo del rival (77,5% para el Barça). El Betis respondió a la máquina azulgrana con su moneda.