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Actualizado: 01 jul 2016 / 01:04 h.
  • El principio del fin del Gol Sur
    El ‘diplodocus’, al fondo, acomete la destrucción del palomar / Revista Balompié

El Betis empezó ayer a decir adiós a 44 años de su historia, a un trozo físico y otro que tiene que ver con lo intangible, con el sentimiento más que con lo material. A las ocho y cinco de la tarde, el brazo demoledor de una Komatsu PC 350 se abalanzó sobre el histórico palomar, el emblemático remate del viejo graderío, donde antes, cuando no existían los marcadores electrónicos, se colocaban esas cartulinas para que todo el mundo viese cómo iba el partido de turno. Es el principio del fin para el Gol Sur, una obra que durará un mes y medio, el prólogo de esa gran noticia que muchos béticos esperan desde 2000, cuando se inauguró el entonces llamado estadio Manuel Ruiz de Lopera, aunque en realidad fueron sólo dos de los cuatro graderíos: el Gol Norte y Fondo. Desde entonces, ni una grúa volvió a entrar en Heliópolis.

Los primeros cascotes de esta reliquia, cuya última gran remodelación fue con vistas al Mundial de 1982, cayeron al ritmo de la banda sonora de Parque Jurásico. No podía ser menos, ya que la estrella era el diplodocus que se ha traído la empresa Erri-Berri. Luego, cuando el dinosaurio mecánico empezó a masticar (literalmente hablando) el pequeño palomar, el DJ que estaba apostado en la escalera de Voladizo introdujo la música de La guerra de las galaxias. Más adelante, era de justicia, metió el himno del Betis.

A unos metros de allí, junto al hueco desde el que antes se elevaba una torreta de iluminación, permaneció la plana mayor del club de Heliópolis. A la cabeza aparecieron el presidente, Ángel Haro; el vicepresidente, José Miguel López Catalán; el director deportivo, Miguel Torrecilla, que venía de culminar el fichaje de Aïssa Mandi; y el entrenador, Gustavo Poyet, que ayer mismo puso fin a su último tramo de vacaciones para quedarse ya en Sevilla, donde comenzará la pretemporada el próximo jueves. También se pasó el delegado de Deportes, David Guevara.

Haro y Poyet fueron los más aplaudidos por los 2.000 aficionados que llenaron la calle Iguazú. El presidente incluso departió con algunos de ellos a través de la valla cuando ya había acabado esta primera escena del adiós del Gol Sur, que apenas duró media hora. Este viernes será el turno de la escalera que da a Voladizo. Por lo que dicen los especialistas, el diplodocus acabará con ella en apenas unas horas.

UN AÑO EN OBRAS

La demolición del Gol Sur, según los cálculos del Betis, habrá concluido a mediados de agosto. Para entonces ya debe estar montada la nueva escalera de acceso al Voladizo de Preferencia, una obra prefabricada por Eiffage Infraestructuras. Y en septiembre comenzará el auténtico quid de la cuestión: el levantamiento del nuevo Gol Sur. La fecha tope para acabarlo es el 4 de agosto de 2017.