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Actualizado: 31 oct 2017 / 22:35 h.
  • Jorge Molina, manteado por sus compañeros en su despedida del Betis. / José Manuel Vidal (Efe)
    Jorge Molina, manteado por sus compañeros en su despedida del Betis. / José Manuel Vidal (Efe)

Cuando se conoció el calendario de la Liga 2017/18, la undécima jornada quedó subrayada en el calendario para un futbolista: Jorge Molina. El delantero de Alcoy, todo un nombre propio en Heliópolis en los últimos tiempos, regresará este próximo viernes al estadio Benito Villamarín para enfrentarse, ahora como jugador del Getafe, al Betis, equipo en cuyas filas militó durante seis temporadas y marcó 77 goles. Pero, además de eso, Jorge Molina dejó el recuerdo de un futbolista comprometido, de esos que hablan en el césped, queridos por una afición que a buen seguro le recibirá como merece.

«Cuando vuelva, será diferente a la última vez que pisé el Benito Villamarín. Me preguntaron el otro día qué campo me hacía más ilusión volver a visitar en Primera División y dije el Villamarín. Me hará mucha ilusión volver a la que considero mi casa. Ver el campo terminado va a ser una pasada», comentó el futbolista el pasado mes de junio, cuando el Getafe certificó su presencia en Primera y, por lo tanto, aseguró un doble duelo liguero con el Betis.

Jorge Molina, el 19, fue homenajeado en Heliópolis en su último partido con la camiseta verdiblanca (15 de mayo de 2016), con 34 años, tras haber llegado al club en 2010 procedente del Elche después de alzarse con el Pichichi de Segunda.

En su primera temporada con el Betis Jorge Molina marcó 18 goles en la Liga y cuatro en la Copa del Rey para convertirse en pieza clave a la hora de lograr el ascenso a la máxima categoría.

En las posteriores campañas, firmó 8 tantos en la 2011/12 (6 en la Liga y 2 en la Copa); 14 en la 2012/13 (13 en la Liga y 1 en la Copa); 12 en la 2013/14 (9 en la Liga, 2 en la Europa League y 1 en la Copa); y 20 en la 2014/15 (19 en la Liga de Segunda y 1 en la Copa). Su último curso como jugador del conjunto verdiblanco dejó un único gol por bagaje.

UNA DUPLA HISTÓRICA

Además de marcar goles, Jorge Molina realizó un trabajo para el equipo que redundó especialmente en el espectacular rendimiento de uno de sus compañeros: Rubén Castro. Marcar 200 goles entre los dos deja clara la gran aportación de esta dupla de delanteros, unidos dentro y fuera del césped por una amistad que se reflejó a la hora de defender la camiseta de las trece barras.

El próximo viernes, Molina (tres goles en la presente campaña) vivirá ese día señalado en el calendario.