El Betis sigue llamando a la puerta de las posiciones europeas y en su insistencia por entrar en esas plazas de honor tiene mucho que ver la irrupción de jóvenes valores que al principio de la temporada seguramente no pensaban mucho más allá de cómo les iría con el filial en Segunda B. Después de lo ocurrido en Mendizorroza, con todos los respetos para lo bien que lo están haciendo Francis y Junior, la mayor cuota de protagonismo continúa siendo para Loren, al que un par de ratos (como quien dice) han bastado para convertirse ya en el tercer goleador del primer equipo, detrás de Sergio León (9 goles) y el aún lesionado Sanabria (7).
La aparición de Loren ha sido fulgurante y decisiva. En su estreno dio los tres puntos al Betis gracias a su doblete contra el Villarreal (2-1), en su segundo partido fue el responsable de la victoria en Riazor (0-1) y en el sexto volvió a ser determinante con dos de los tres tantos del triunfo sobre el Alavés (1-3). En total, cinco dianas en seis encuentros. En otras palabras, cinco dianas en 490 minutos. Ve portería cada 98.
Este es sólo uno de los muchos datos que ilustran un mes y medio de ensueño para quien hoy en día aún es el pichichi del Grupo IV de Segunda B, tal era (y es) la ventaja sobre sus perseguidores. El más reseñable, sin embargo, es su nivel de eficacia, al alcance de muy pocos delanteros de la Liga. Es muy extraño que remate entre los tres palos y no sea gol. La estadística es irrebatible: ha tirado ocho veces a portería y lleva cinco tantos, lo cual significa que sólo tres de esos chuts fueron atrapados por los porteros. Uno fue contra Asenjo (Villarreal); otro, contra Neto (Valencia); y el último, contra Pacheco (Alavés). El resto acabó en celebración.
La mayoría de los remates de Loren llevan la dirección adecuada, porque ha lanzado doce. En resumen, marca cada 2,4 remates, vayan o no vayan entre los tres palos. Sergio León, que suma 9 goles en 38 remates, necesita 4,2 chuts para marcar; y Sanabria, 2,8 (7 goles de 20 remates). Salvando las evidentes distancias que aún lo separan de estos monstruos, su porcentaje es mejor que el de Messi (118 remates y 24 goles, igual a uno cada 4,9 chuts), Luis Suárez (77 entre 21, igual a 3,6), Cristiano Ronaldo (111 entre 18, igual a 6,1) o Griezmann y Aspas (55 entre 16 para cada uno, igual a 3,4), por citar sólo a los cinco primeros del Trofeo Pichichi.
Las estadísticas son a veces simples números que no permiten hacerse una idea de cómo juega un futbolista, pero en el caso de Loren se ajustan a la impresión que da sobre el césped. Elogiado por Setién por su capacidad de ser el ancla al que engancharse en determinados momentos de los partidos, una cualidad muy relacionada con su envergadura (1,86), el atacante tiene una muy aceptable ratio de pérdidas. Han sido diez en seis jornadas, con lo que el promedio no llega ni a dos por choque.
Desde que se convirtió en profesional del primer equipo, Loren sólo ha faltado a un encuentro, el de la Real Sociedad. Esa tarde de jueves se quedó en el banquillo y no salió a pesar de que el Betis se quedó en blanco en ataque. El marbellí venía de su peor actuación, frente al Levante: 65 minutos, ni un remate y su récord de pérdidas, tres.