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Actualizado: 09 sep 2016 / 22:47 h.
  • Rubén Castro se besa uno de los tatuajes de su brazo derecho cada vez que marca gol. / Manuel Gómez
    Rubén Castro se besa uno de los tatuajes de su brazo derecho cada vez que marca gol. / Manuel Gómez

Como un tatuaje. Impregnado en la piel y de por vida. Así es la relación de Rubén Castro con el Betis. Y es que no podía ser de otra manera. Tanto el club como el futbolista estaban destinados a entenderse, y así ha sido. Tal y como adelantaba el programa deportivo El Descuento, de El Correo Televisión el pasado 22 de agosto, el canario ampliará su vinculación con la entidad heliopolitana dos años más.

Así lo ha confirmado el propio Rubén en declaraciones a la web del club: «La renovación está al caer. Ahora Miguel Torrecilla tenía unos días de vacaciones después del cierre del mercado de fichajes. A su vuelta las dos partes hablaremos y seguro que llegamos a un acuerdo. Tanto el club como yo queremos seguir juntos, seguro que va a ser muy fácil. Siempre he dicho que mi intención era retirarme aquí. Parece que este contrato nuevo será el definitivo, así que podré retirarme donde quiero», señaló.

A sus 35 años recién cumplidos, terminaba contrato el próximo 30 de junio y tanto el arranque liguero como el trabajo de pretemporada confirman lo que todo el mundo esperaba: Rubén sigue siendo Rubén. Ha llegado de las vacaciones con un peso inferior al que siempre había tenido con el objetivo de ganar aún más velocidad. Sus números le han convertido en una leyenda en activo. Es el máximo goleador de la historia en verdiblanco y el jugador más determinante de la plantilla. Su relación con el Betis va mucho más allá de la que tiene incluso con su club de origen. En Heliópolis encontró paz y sentido a su fútbol, infructuoso hasta su llegada al Villamarín. Pero no es lo único que encontró en Sevilla: «Si estás bien en un sitio, ¿para qué cambiar? Tengo mis dos niños, me encuentro muy bien con mi familia en la ciudad. Que la afición me trate tan bien ha sido igualmente muy importante para seguir», declaró el delantero canario.

No esconde las ofertas que han llegado, pero reconoce que necesitaba hablar con el club para poder estar centrado y tranquilo: «He dejado las ofertas porque ellos han querido que me quedara y yo también quería hacerlo. Seguro que vamos a firmar pronto la renovación. Le dije al club que quería estar tranquilo y dejar de pensar en el contrato, si iba a estar aquí o en otro lado. Eso no es bueno para un jugador. He hablado con el club, aún no se ha firmado nada pero me vale con su palabra. Estoy muy tranquilo y pensando sólo en entrenarme y jugar los partidos, que es lo más importante».

En cuanto Miguel Torrecilla regrese de las vacaciones quedará, por tanto, finiquitada esta renovación que deja a Rubén en el Betis de por vida, si es que no lo estaba ya. La historia le recordará como lo que ha sido, pero por ahora, habrá que recordarlo como lo que es: una leyenda viva para el beticismo. Disfruten de su fútbol y sus goles.