El lateral italiano del Real Betis, Cristiano Piccini, convaleciente de una grave lesión de rodilla, ha manifestado que «sólo» quiere jugar un año sin lesionarse y, a partir de ahí, estará en su mano hacer lo que sabe y para lo que dijo «estar capacitado».
Piccini se operó en Roma el pasado 25 de enero de una rotura del ligamento cruzado anterior y desinserción distal del lateral externo que se produjo en el partido frente al Villarreal disputado en el Estadio El Madrigal, y ya ha superado el ecuador del tiempo de baja establecido por los servicios médicos.
El lateral italiano, que ayer estuvo en una revisión, se pasó por la ciudad deportiva Luis del Sol para alentar a sus compañeros ante el partido de mañana ante el Barcelona y, en declaraciones recogidas en la web del Betis, manifestó que se encuentra «cada día mejor» después de unos meses que calificó de «muy complicados».
«Todo esto me ha ayudado mucho a nivel mental para crecer, más que para el fútbol, como persona», afirmó Piccini, quien confesó que tiene la intención de tatuarse la palabra «dedicación», no en balde indicó que todos los días hace cuatro horas de rehabilitación y se «machaca» por las tardes en el gimnasio y la piscina.
Señaló que cuando vuelva a jugar recordará «la rabia y el dolor» que ha pasado estos meses y que las usará «como un arma más» para que se vea su mejor versión en el Benito Villamarín, para lo que dijo que este año no se irá de vacaciones y que se entrenará a tope para estar listo cuando empiece la pretemporada.
Piccini se congratuló de que el Betis haya conseguido su objetivo» con partidos «muy buenos y otros menos buenos» y que el entrenador, Juan Merino, ha hecho bien su trabajo «en su primera experiencia en Primera» y tras coger al equipo en una «situación difícil».
«Eso era lo que teníamos que hacer esta temporada después de haber subido el año pasado y el que viene podemos empezar a mirar otras cosas», concluyó.