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Actualizado: 12 abr 2017 / 17:21 h.
  • Aficionados del Betis en el Benito Villamarín mostrando su disconformidad durante el partido contra Osasuna. / M. Gómez
    Aficionados del Betis en el Benito Villamarín mostrando su disconformidad durante el partido contra Osasuna. / M. Gómez

La derrota del pasado domingo en Las Palmas ha vuelto a levantar ampollas. Cansada, la afición del Betis ve cómo su equipo sigue sin responder a las expectativas y ya ni el décimo puesto de la clasificación aparece como un objetivo alcanzable. Decimoquinto en la tabla, dos victorias en las doce últimas jornadas de Liga, la sensación de que no hay más cera que la que arde... Así se presentará el equipo de Víctor Sánchez del Amo el domingo en el Benito Villamarín para recibir a un Eibar lanzado.

Lo único que sostiene a este Betis es el pobre papel de los equipos situados en zona de descenso (suman doce triunfos entre los tres con un total de 93 partidos disputados). La derrota del Sporting en Anoeta ha supuesto un auténtico alivio para los verdiblancos, ya que el conjunto asturiano –marca la línea roja de la zona de descenso– se hubiera situado a seis puntos en caso de ganar a la Real. Por todo ello, tal como reconoció Joaquín tras perder en Las Palmas, el choque contra el Eibar es clave. «El domingo tenemos una oportunidad crucial para sacar los tres puntos y que la gente, de alguna manera, juegue con otra sensación. Es momento de volver a enganchar al equipo», dijo el extremo de El Puerto.

No será fácil. Además de tener que superar a un rival que atraviesa un gran momento como el conjunto de José Luis Mendilibar (séptimo, a las puertas de la zona de Europa League), el Betis deberá mostrar argumentos desde el pitido inicial. Todo lo que no sea eso, se convertirá en una losa con la que habría que cargar ante una afición cansada y que puede convertir el partido en un auténtico plebiscito.

Víctor, la plantilla, el consejo de administación con el presidente Ángel Haro a la cabeza y el director deportivo Miguel Torrecilla. Nadie está exento de someterse al juicio del beticismo, aunque parece claro que el entrenador y la directiva son los dos principales focos de la atención en este sentido. Hablar de la continuidad de Víctor al frente del equipo la próxima temporada con la actual todavía en curso y de la forma en que está discurriendo no ha gustado a nadie. Los hechos, en cualquier caso, refuerzan la idea de que esa idea esbozada por el club fue precipitada y, sobre todo, no responde a la exigencia de una afición que quiere más que las famosas sensaciones, las cuales, por cierto, continúan sin verse por ningún lado. En manos del equipo está endulzar un día que puede ser agrio.