El entrenador del Betis, Joan Francesc Ferrer 'Rubi' asumió la exigencia como algo consustancial a su cargo y a una personalidad que trae de serie, y afirmó que percibió con nitidez el alcance del reto cuando llegó al club y vio en el Villamarín en el comienzo de la Liga que era "una religión de 50.000 personas" a las que no les podía fallar.
Rubi explicó, en una entrevista con la Agencia EFE, sus sensaciones después de los primeros tres partidos de Liga, su concepto pragmático de fútbol por encima de tópicos y prejuicios, su idea de lo que puede lograr al frente del Betis y el orgullo de poder decir, desde ya, que forma parte de la familia bética como "uno más", lo que ya "no tiene marcha atrás" y que le hace "feliz".
El de Vilasar de Mar afronta a sus cuarenta y nueve años el reto de entrenar a un club con un entorno exigente y lo ha hecho "encantado" por saber a dónde llegaba porque, cuando vio llenó el Villamarín en el estreno liguero el 18 de agosto ante el Valladolid, consideró que "todo esto no te puede pasar desapercibido y aumenta tu responsabilidad a los niveles máximos".
Rubi reconoció, en este sentido, que "es cierto que a día de hoy" han dado "mucho menos" de lo que han recibido del beticismo, por lo que su "reto" es mantener este "apoyo incondicional" durante todo un año en el que sabe "que pasarán cosas buenas y no tan buenas".
Ilustró esta afirmación con el hecho de que, tras perder ante el Valladolid en el estreno liguero (1-2) y salir goleados del Nou Camp (5-2), el partido de casa ante el Leganés se llegara a plantear casi como una final y consideró "normal que la gente estuviera enfadada" y "tiene que ser así porque cuando empieza el partido la gente está con nosotros".
"Mi deseo y mi reto es mantenernos unidos todos. Esa exigencia se convierte en felicidad porque es compartida con todo el mundo", afirmó el técnico barcelonés, quien reflexionó también sobre su idea de fútbol y cómo considera que se encuentra ya cerca de ella tras la pretemporada y los tres primeros partidos de Liga.
En este sentido, señaló que han tenido que ir de la idea inicial con la que venían a otra condicionada por la realidad, que le ha hecho retocar ese dibujo de los orígenes de acuerdo con las características de sus jugadores, los movimientos de la plantilla y las incorporaciones más tardías de algunos de sus futbolistas.
El entrenador del Betis hizo un canto al pragmatismo al huir de clichés y sambenitos y afirmar que está cerca de lo que persigue "porque el jugador se va acercando cada vez más a su máximo nivel, que al final es lo más importante, ni sistemas ni historias", aunque tiene "ganas de que pasen una serie de partidos para sufrir menos en defensa".
"La pena es que ocho goles en contra en tres partidos es un lastre y como han ido los partidos te sabe mal. Tenemos que intentar hacer lo que estamos haciendo, ejercicios de regreso, volver, darle importancia a cualquier balón, un saque de banda, defender un centro, un balón largo. Esto dará resultado y no porque ésa sea la formula, sino porque tenemos muy buenos jugadores", subrayó.
Esta línea es la que, en principio, más preocupa a Rubi para lograr el equilibrio que persigue en su equipo y, por ello, ensaya día a día en la ciudad deportiva bética para sufrir "un pelín menos", ya que está absolutamente seguro y convencido de lo que le va a dar el "talento" de su ataque.