Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
Actualizado: 10 abr 2017 / 09:19 h.
  • Joaquín, que salió al campo en la segunda parte, conduce la pelota. / Efe
    Joaquín, que salió al campo en la segunda parte, conduce la pelota. / Efe

El Betis se empeña en complicarse la vida. También se la complican, porque arbitrajes como el de este domingo perjudican y condicionan, pero mal haría el club de Heliópolis si intenta desviar las miradas hacia los colegiados en lugar de mirarse su propio ombligo.

Contra todo y contra ti, podría decirse. Si no eres uno de los poderosos de la Liga, estás condenado a sufrir malos arbitrajes a veces, al igual que tenerlos a favor en ocasiones. Pero a un futbolista de élite no hace falta explicarle eso. Deben saberlo. Ellos y los dirigentes. Por eso, hay que centrarse en uno mismo y no desviar la atención.

Tres derrotas consecutivas han situado al equipo de Víctor en una situación delicada y pendiente de lo que haga este lunes el Sporting en Anoeta. Así están las cosas. La zona de descenso podría quedar a seis puntos en caso de victoria asturiana. Quizá el peligro puede parecer lejos, pero es mejor no tentar tanto la suerte. Urge espabilar y de verdad. El primero de todos, el técnico, cuya mano no se nota de la forma que debería. Los resultados hablan por sí solos y, sobre todo, el juego del equipo.

El Betis sigue siendo muy frágil defensivamente. Ni el hecho de jugar con tres centrales evita que cualquier rival le haga daño. Pero no todo es culpa de Víctor, lógicamente. Si Dani Ceballos no se echa el equipo a la espalda, resulta muy difícil jugar con sentido más allá del pelotazo en largo. Y así, difícil. Una combinación condenada.

Frente a una UD Las Palmas en tierra de nadie, el Betis fue un auténtico quiero y no puedo. Terminó siendo goleado y el club tiene que plantearse seriamente si Víctor es el técnico ideal para llevar sus riendas, así como el calado de la remodelación que el plantel debe tener el próximo verano. Ángel Haro, a quien también se mira con lupa y tiene mucha responsabilidad, debe decidir si este proyecto de futuro tiene realmente una base sólida o no. Las famosas sensaciones de Miguel Torrecilla, otro de los señalados, no se ven y mientras tanto la afición del Betis sufre y sufre. ¿Hasta cuándo?