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Actualizado: 12 may 2018 / 22:33 h.
  • Caparrós, con un gesto de lamento tras una ocasión del Sevilla. / M. Gómez
    Caparrós, con un gesto de lamento tras una ocasión del Sevilla. / M. Gómez

La llegada del utrerano ha sido, sin duda, determinante. Inyecciones de garra, de mentalidad y de orgullo para revitalizar a un equipo dotado de futbolistas de calidad pero al que le faltaba espíritu y unas señas de identidad claras y definidas. De la mano de Caparrós, ganó primero a la Real Sociedad, luego al Real Madrid y este sábado rozó la victoria en el Benito Villamarín, donde, lejos de sufrir como quizá podría esperarse por la gran campaña del conjunto de Quique Setién, se adueñó del derbi pese a quedar por detrás en el marcador a los cuatro minutos de juego.

En un estadio con una afición volcada con los suyos, el Sevilla dio un paso al frente en presencia de los 500 seguidores que lo arroparon desde las gradas hasta dar la vuelta al encuentro en la recta final del mismo. La victoria se le escapó porque el Betis también tiró de orgullo y aprovechó un nuevo error defensivo nervionense para establecer el empate definitivo. Decía Caparrós tras el derbi que su equipo había dejado escapar dos puntos, pero por encima de todo lo ha clasificado para la Europa League, ha cumplido el objetivo para el que se le incorporó tras la destitución de Vincenzo Montella.

Se podrá decir que el utrerano tiene un estilo de fútbol tal o cual, se podrá opinar sobre qué entrenador necesita el club la próxima temporada, pero no se le podrá discutir su mano, su ascendencia sobre el equipo de su vida, algo que en los derbis alcanza su máxima expresión.

No hay un técnico en la historia del club de Nervión que marque a fuego como él los duelos de la máxima rivalidad desde el bando sevillista. El día que no esté, el club debería poner un busto suyo a los jugadores para que sepan cómo hay que vivir estos partidos levantándose del suelo si es preciso.

Ahora, llega el momento de que los rectores del Sevilla tomen decisiones. Director deportivo, entrenador, fichajes, venta de jugadores... Hay muchos e importantes asuntos sobre la mesa. La temporada 2018/19 está a la vuelta de la esquina y el reto de ser un equipo de Liga de Campeones debe ser el que marque las decisiones.