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Actualizado: 27 ene 2017 / 19:33 h.
  • José Castro y José María Cruz, este viernes en el Sánchez-Pizjuán / Manuel Gómez
    José Castro y José María Cruz, este viernes en el Sánchez-Pizjuán / Manuel Gómez

La directiva del Sevilla no sabe ya qué hacer para salir del acorralamiento en el que se haya inmerso con el asunto de las sanciones por cánticos ofensivos que está sufriendo el club nervionense. Lo demostró este viernes en una conferencia de prensa en la que se pudo ver a un José Castro, presidente de la entidad, más enérgico que de costumbre. Por un lado, el máximo mandatario fue duro con parte de su hinchada, la que insulta: «Es triste tener que comparecer para este tema tan desagradable cuando el equipo marcha como un tiro y ha hecho la mejor primera vuelta de su historia. Pero no podemos mirar a otro lado: todos tenemos que hacer un esfuerzo para que no haya más cánticos ofensivos de forma coral en nuestro estadio. Hay que asumir que las reglas del juego han cambiado y hay que aceptarlas: los insultos no nos llevan a ningún lado y nos perjudican en todos los sentidos. El equipo nos necesita y hay que erradicarlo para no dar armas a los rivales».

Lo dijo Castro con cierto tono de tristeza, la que le produce tener que regañar a una parte importante de la grada como es el Gol Norte, donde se concentran los Biris Norte. Regañar y hasta suplicar, ya que realmente es consciente de que la única solución por la buenas a este asunto reside sólo en la voluntad de quienes insultan de forma coral. «Tenemos que concienciarnos porque el problema lo tenemos todos los sevillistas, porque las gradas que quieren cerrar también tienen gente que no insulta. Y si esto llega a todo el estadio pagaremos justos por pecadores. Vamos a reunirnos con peñas y grupos de aficionados para buscar una solución. Ha llegado el momento de poner pie en pared», añadía el presidente.

Fue un mal trago para Castro porque no rehuyó la otra cara de la moneda: la evidente aplicación desigual de la normativa, algo que indigna a su hinchada –que se siente perseguida tras la muerte de un seguidor del Dépor en Madrid hace dos años y medio– y que algunos usan como justificante para desobedecerla. «Todos los clubes deben ser iguales ante la ley, sin castigos ejemplares. Vigilaremos el resto de estadios para que esto sea así. Yo voy a todos los partidos fuera de casa y también escucho insultos en Pamplona, en Madrid, etc.. Tomamos nota y lo hemos comunicado donde tenemos que hacerlo, pero somos nosotros los primeros que tenemos que dar ejemplo. Si nos comportamos bien, entonces podremos hablar de los demás», explicó el presidente sevillista, quien tiró de datos y avisó de medidas urgentes: «Estamos realizando un protocolo para evitar estos insultos en los partidos venideros. Ni un solo cántico ofensivo más en nuestro estadio, el Sevilla Fútbol Club no se lo merece. Tenemos 28 expedientes abiertos y multas por 300.000 euros que hemos reducido a 120.000 gracias a nuestros juristas. Este presidente siempre defiende los intereses del Sevilla, siempre, pero necesito el compromiso de todos para parar esto. Hay que parar esto antes de que el daño sea irreparable».

En este sentido, José María Cruz, director general del Sevilla, tomó brevemente la palabra para resumir qué espera la entidad: «La clave está en el comportamiento futuro de esa parte de la grada que nos ha llevado a esta situación, al margen de que nuestros servicios jurídicos trabajen bien». Y Castro finalizó insistiendo: «Nuestra temporada es ejemplar y estamos ilusionados con hacer algo importante, por eso este tema nos duele, porque le damos armas a nuestros rivales. No podemos estropear este año con este asunto que tiene fácil arreglo: animar sin insultar».