El Sevilla no para y vuelve a meter presión al Valencia tras ganar en Ipurua al Eibar, donde Bacca reivindicó su condición de jugador estrella con dos goles y el pase del tercero a Reyes. Tal y como ocurrió el pasado fin de semana, el equipo de Unai Emery duerme en puestos de Liga de Campeones provisionalmente, a la espera de lo que haga este jueves el conjunto de Nuno en Vallecas. Roza y roza el cuarto puesto el Sevilla, y quién sabe si ésta será la jornada del asalto definitivo. Hay que esperar para despejar la incógnita, pero lo que sí es seguro es que este Sevilla es un equipazo. Juegue quien juegue, no se detiene. Sabe utilizar muy bien sus armas y son ya diez las jornadas consecutivas invicto, con un saldo de siete victorias y tres empates. Casi nada.
Lo que está haciendo Emery tiene mucho, muchísimo mérito. Ni siquiera el hecho de tener lesionados a futbolistas como Pareja, Vitolo y Beto, de dar descanso a un pilar como Krychowiak o dejar en el banquillo a titulares indiscutibles (caso de Carriço y Banega) impiden a este Sevilla seguir pelando por la Champions. Frente al Eibar, que se jugaba la vida, logró un nuevo triunfo siendo muy superior.
Y le bastó apenas quince minutos para encarrilar el encuentro. Bacca, estelar, marcó dos goles para elevar su registro hasta los 19 en la presente Liga. Primero batió a Irureta con un genial recorte en un palmo de terreno tras recibir un gran pase de Reyes. Clave también el papel del utrerano frente al conjunto vasco. Suyo fue también el balón servido al corazón del área en un saque de falta que el portero despejó mal y dejó a pies de Bacca para que éste marcara el 0-2. Dos zarpazos, dos goles. Justo el escenario soñado ante un Eibar con Manu del Moral en su once y la enorme losa a la espalda de su delicada situación
Incluso, pudo aumentar su renta el equipo de Emery en un contragolpe mal finalizado en el pase clave por Aspas antes del descanso. El gallego fue, junto a Arribas, la gran novedad del conjunto nervionense en Ipurua. Sin embargo, las ganas de hacer bien las cosas pudieron a Iago, que peleó hasta ser sustituido. Emery le aplaudió y el delantero agradeció el gesto con un toquecito cariñoso al técnico en la segunda parte. Kevin Gameiro ocupó su plaza.
Para entonces, la decoración había cambiado. El conjunto vasco, obligado a asumir riesgos de todo tipo con ese 0-2, recortó distancias tras un balón colgado al área que nadie acertó a despejar y Piovaccari cazó. Era el minuto 51 y el Sevilla había perdido el control del juego que tuvo en la primera parte.
Lejos de amilanarse, los nervionenses esperaron su oportunidad. Y a la primera, volvieron a dar un nuevo zarpazo al encuentro. Esta vez, por medio de Reyes, tras un gran contragolpe y asistencia de Bacca (minuto 63). Un gol definitivo.
A partir de este instante, no hubo la menor duda: el Sevilla tenía la victoria en su mano. Sólo faltaba poner la guinda con el cuarto gol, aunque éste se resistió. Pero no hizo falta. Los nervionenses aguantaron las últimas acometidas del Eibar dosificando esfuerzos y con Denis y Banega sobre el césped para intentar matar el partido a base de posesión y de algún pase letal.
Así es este Sevilla, tan capaz de ganar con su once de gala como de hacerlo con rotaciones. Todo un guiño a la Champions y al Real Madrid. El partido del sábado no puede llegar más cargado de alicientes. Todo un espectáculo.
FICHA TÉCNICA
1 - SD Eibar: Xabi Iruretagoiena; Bóveda, Lillo, Añibarro, Dídac Vilà (Abraham m. 70); Borja Fernández, Dani García; Capa (Javi Lara, m. 80), Arruabarrena (Lekic, m. 80), Manu del Moral; y Piovaccari.
3 - Sevilla FC: Sergio Rico; Coke, Arribas, Kolodziejczak, Fernando Navarro; Reyes (Denis Suárez, m. 66), Mbia, Iborra, Aleix Vidal; Iago Aspas (Gameiro, m. 60) y Bacca (Banega, m. 74).
Goles: 0-1. m. 6. Bacca; 0-2. m. 15. Bacca; 1-2. m. 51. Piovaccari; 1-3. m. 63. Reyes;
Árbitro: Eduardo Prieto Iglesias (Comité Navarro). Amonestó a los locales Lillo, Piovaccari, a su entrenador, Gaizka Garitano, y Arruabarrena; y a los visitantes Iborra y Arribas.
Incidencias: unos 6.000 espectadores en Ipurua.
