Abengoa ha anunciado que celebrará su junta general de accionistas el próximo 30 de junio en Sevilla con dos puntos destacados: un plan para incentivar económicamente al “personal clave” y una propuesta de “reestructuración” de su cotización con una contrasplit para agrupar acciones (clase A y B). La operación, previsiblemente, consistirá en dar un título nuevo por cada cien antiguos.
La llamada contrasplit de las acciones clase A y B pretende “fomentar la adecuada formación del precio de las acciones, limitar la volatilidad sin reducir la liquidez y reducir el número de acciones en circulación que, tras la ampliación de capital, era excesivo”, según la multinacional sevillana.
El efecto del contrasplit es “neutro” para los accionistas. No se modifica la cifra de capital social. La reducción en el número de acciones se compensa con el incremento del valor nominal de cada acción. Esto aplica a todos los accionistas por igual, que no ven modificado el valor monetario de su participación, explica la compañía.
Se aplica la misma relación de canje, una acción nueva por cada cien antiguas, en ambas clases de acciones, “para no alterar la proporcionalidad entre las clases”.
El acuerdo prevé que, en caso de que un accionista no cuente con un número de acciones múltiplo de cien, éste pueda comprar y vender en el mercado el excedente.
Así, la junta del 30 de junio votará la propuesta de convertir cien acciones clase A actuales de 0,02 de valor nominal cada una de ellas en una nueva acción clase A de 2 euros de valor nominal, una medida que supondría elevar el valor nominal de las acciones clase A en 1,98 euros, desde los 0,02 actuales hasta los 2 euros. En el caso de las B, cien acciones actuales de 0,002 de valor nominal cada una de ellas se convertiría en una nueva acción clase B de 0,02 de valor nominal . Subiría el valor nominal de las B en 0,0198, desde los 0,0002 actuales hasta los 0,02.
Según ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), además de las propuestas de acuerdo habituales (aprobación de cuentas anuales, nombramiento de consejeros, aprobación del informe anual de remuneraciones, delegación de capital autorizado, etc.), el Consejo de Administración ha acordado proponer a la Junta, para su aprobación, la política de remuneraciones para los ejercicios 2018-2020 en la que se incluirá un plan de incentivos a cuatro años para “retener y vincular a su personal clave”, esto es, altos directivos. “Con este plan la compañía busca fidelizar e incentivar al equipo gestor necesario para cumplir el plan estratégico”, aseguran desde la dirección.
Conforme a lo previsto en la Ley de Sociedades de Capital, la Política de Remuneraciones ha de aprobarse para periodos de tres años, debiendo aprobarse en 2017 la correspondiente a los ejercicios 2018, 2019, 2020. Además, se prevé la aprobación de un Management Incentive Plan a cuatro años que acompañe el nuevo plan estratégico de la compañía. “En esta situación, más que nunca, la compañía necesita retener y vincular a su personal clave”, asegura en su comunicado a la CNMV.
Además, la junta someterá a aprobación el nombramiento de un nuevo auditor, sustituyendo a Deloitte, que se mantendrá un año más, por PwC.