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Actualizado: 08 mar 2017 / 22:54 h.

La situación actual del sector automovilístico ha permitido que la compraventa de vehículos de ocasión se incremente. La aparición de espacios en internet dedicados exclusivamente a ello, así como la creación de aplicaciones con este fin, permite la continuidad en el tiempo de una estafa que genera millones de euros en la economía sumergida en España.

Esta práctica no es ilegal, pero tampoco está regulada. Basta con pagar las tasas de tráfico para el cambio de titularidad del vehículo. Todo ello ha propiciado la proliferación de piratas en la materia, que mercadean con flotas de vehículos que, en algunos casos, invaden las aceras de las ciudades. La transmisión de vehículos entre particulares exime de garantía, algo a lo que se agarran estos profesionales en la materia para continuar con su actividad. Sin embargo, la ley obliga al cumplimiento de una garantía que, con suerte, se ofrece de manera opcional en estas gestiones. La ingente cantidad de denuncias recibidas por las plataformas creadas en la red para este fin ha obligado a sus responsables a incrementar el filtro de anunciantes. Desde hace unos meses en muchas de ellas sólo se puede anunciar un vehículo por usuario, número de teléfono y dirección de correo electrónico. El endurecimiento del control de estas publicaciones se ha logrado salvar con la picaresca propia de un trilero. De este modo, vale con incluir un número de teléfono asociado a una tarjeta de prepago, que una vez finalizada la venta se desactiva. Es imposible localizar a la persona que realizó la venta si se desconoce todos sus datos o no se realizó un documento de transacción válido. Hay casos en los que, incluso, se usan a terceros en la entrega del vehículo o la documentación, evitando así ser reconocidos. Prácticas que se realizan en el día a día y que no deben incluir en el mismo saco a aquellas personas que si realizan esta actividad de forma reglada.