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Actualizado: 26 abr 2018 / 18:43 h.
  • Malos tiempos para el trigo
    La anteriormente llamada Bolsa Andaluza de Materias Primas celebró su décima edición en el Teatro Lope de Vega. / El Correo
  • Malos tiempos para el trigo
    Medio millar de agentes de 23 países se reunieron ayer. / Manuel Gómez

Las últimas lluvias reanimaron el mercado cerealista, pero los malos tiempos no acaban para el trigo duro, cuyo precio podría bajar aún más. Andalucía representa casi el 80 por ciento de la cosecha nacional de trigo duro y casi la mitad de la producción andaluza (el 45,34 por ciento) nace en Sevilla. El pasado año fueron 382.056 toneladas. Sin embargo, sembrar trigo es poco rentable y, lamentablemente, seguirá siéndolo.

Eso fue lo que se vaticinó ayer en la X edición de la Andalusian Commodity Exchange (antes Bolsa Andaluza de Materias Primas), que batió su récord con más de 500 asistentes de 23 países, tres más que en 2017 (Kazajistán, Turquía y Rusia).

Philip Werle, broker de la empresa sevillana Northstar Brokerage –organizadora de la jornada en el Teatro Lope de Vega–, explica que el mercado del trigo duro está en una fase «complicada» para el agricultor «porque tenemos precios muy bajos históricamente y se suman las grandes cosechas del año pasado, el elevado stock y la buena cosecha que se acerca, no sólo en España sino también en todo el Mediterráneo, es decir, en el norte de África, en Italia y en Grecia». «La demanda del norte de África va a ser algo menor y la oferta de los países exportadores como España, Italia y Grecia va a ser mayor. Se junta cosecha con cosecha y el resultado es que tenemos cantidades que, de momento, no encuentran compradores». «No vemos para el futuro un elemento alcista y los precios no parece que vayan a subir», vaticina.

Y no solo no subirán, sino que podrían bajar. Werle apunta que no cree que bajen los precios mucho más, «sería difícil», porque «ya estamos muy cerca de los precios del trigo blando y forrajero», pero añade que podrían caer «algo» respecto al año pasado. Y es que la competencia crece.

«Hay otros países, nuevos en el mercado, que están aumentando la superficie de trigo duro, en concreto, Kazajistán, Eslovaquia y Rusia. Hay una oferta de trigo duro adicional que hace tres o cuatro años que no vemos en el mercado», argumenta este broker que señala que los mayores competidores de España este año son Kazajistán y Grecia.

«Los precios son bajos, el coste de producción del trigo duro es mayor que el de otros productos y por eso los agricultores se quejan. El comprador –lamenta Werle– no tiene en cuenta este sobrecoste y la cuenta no es justa para el productor».

Estas y otras variables se debatieron en la X edición de la Andalusian Commodity Exchange, celebrada en el teatro Lope de Vega de Sevilla en una jornada en la que se defendió que las lluvias caídas en marzo y parte de abril han reanimado el mercado cerealista nacional. Todos los indicios apuntan a que se producirán abundantes cosechas en trigo, cebada y girasol, si bien la calidad de las mismas es aún pronto para poder certificarlas.

En cuanto al trigo duro, las previsiones indican que se sembrarán alrededor de 220.000 hectáreas en Andalucía, 30.000 menos que en la pasada campaña, lo que se traducirá en 650.000 toneladas. De ellas, unas 300.000 toneladas se destinarán a la exportación, a lo que sumar otras 150.000 toneladas almacenadas de años anteriores que también saldrán fuera de España.

Sobre el girasol, las condiciones de siembra han mejorado tanto en Andalucía como en el resto de España debido a las precipitaciones de las últimas semanas. No obstante, la superficie de siembra andaluza puede menguar respecto a 2017 debido al aumento de siembras de garbanzo y otros cultivos alternativos.

La mejora en las cotizaciones de harinas proteicas y un ligero repunte del girasol crudo internacional pueden mejorar el esquema de precios de la semilla en las próximas semanas.