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Actualizado: 23 jul 2017 / 21:24 h.
  • José González, en las instalaciones de Galgus (antes Aoifes) en Camas, Sevilla. / Jesús Barrera
    José González, en las instalaciones de Galgus (antes Aoifes) en Camas, Sevilla. / Jesús Barrera

sevilla

{¿Cómo pasó de trabajar en una startup irlandesa a montar una empresa en Sevilla?

—En Dublín hacíamos pantallas para aviones y las conectábamos por wifi para ver películas. Ahí José Antonio Delgado y yo nos dimos cuenta de que la tecnología wifi no daba el rendimiento que necesitaban todos esos usuarios al mismo tiempo. Por eso nos pusimos a trabajar para resolver esos problemas. Dejamos el trabajo en Irlanda y montamos nuestra empresa con un dinero ahorrado tras trabajar en el extranjero unos años.

—¿Cuáles son sus principales clientes?

—Son fabricantes de puntos de acceso wifi o integradores de infraestructuras wifi (los que montan los equipos en trenes, autobuses...) que necesitan una solución software para optimizar la red wifi. Nuestro primer gran cliente llegó del sector aéreo, el fabricante norteamericano VT-Miltope. Después llevamos nuestro sistema a otras áreas: barcos, autobuses, hoteles, etcétera.

—¿Cuántos empleados tiene Galgus?

—Somos 36 trabajadores.

—¿Qué porcentaje de su facturación proviene del negocio internacional?

—Un 80 por ciento de las ventas son fuera de España.

—¿En qué países venden?

—Tenemos la bola de mundo dividida en cuatro zonas, en las que trabajan cuatro equipos de comerciales. Principalmente vendemos en Estados Unidos, Colombia, Argentina, México, España, Francia, Alemania, Israel, Sudáfrica y en la India. Pero si nos llega un contacto de otra zona, allí daremos respuesta.

—¿Cómo evolucionó la facturación de su empresa estos años?

—Esperamos cerrar 2017 con dos millones de euros. Partimos en 2013 con unos 60.000 euros de facturación y todos los años hemos crecido. De hecho, nuestra intención es duplicar la facturación respecto a 2016 gracias a este equipo internacional. El pasado año facturamos alrededor de un millón de euros. Con esta inversión en el equipo internacional queremos duplicar las ventas.

—¿Cuántas personas usan su tecnología?

—A día de hoy, unas 600.000 personas se benefician de nuestra tecnología en todo el mundo. Entendimos muy bien la necesidad del mercado y, por ejemplo, las condiciones de los trenes son muy similares a las del avión, así que nuestra tecnología funciona muy bien. También hemos trabajado con hoteles y museos.

—¿En qué hoteles o museos habéis implantado vuestra tecnología?

—Hotel Barceló Renacimiento, Barceló Santi Petri y Montecastillo. En cuanto a museos, trabajamos para Colecciones Reales de Madrid.

—¿A qué se debe el cambio de nombre, de Aoifes a Galgus?

—Era difícil de pronunciar, especialmente en inglés, y por eso también era difícil de recordar. No decía nada sobre nuestros atributos. Decidimos buscar uno que tuviera más fuerza. Galgus alude a la fiabilidad y a la rapidez y, además, el galgo es una raza de perro española y nuestra tecnología también es española, aumenta la velocidad del wifi y es fiable. Esos atributos los queríamos asociar a nuestra marca, de ahí el nombre de galgo en latín.

—¿Cuál es la clave del rápido éxito de Galgus?

—Los beneficios que aporta nuestra tecnología. Podemos aumentar la velocidad de una red wifi en hasta cinco veces, podemos reducir las interferencias y la radiación hasta en un 84 por ciento y el consumo eléctrico, incluso los números de puntos de wifi, hasta en un 60 por ciento.

¿Hay mucha competencia?

—Hay poca, porque la mayoría hace un producto, nosotros hacemos un software que se puede integrar en un producto.

—Considera a su empresa como una startup, ¿hasta cuándo?

—Creo que el espíritu y la actitud de startup no hay que perderla nunca. En el momento en el que uno piensa que ya tiene estabilidad y que todo está hecho es cuando se puede dar la torta más grande. Nosotros intentamos innovar y reaccionar rápidamente para liderar el mercado. Cuando el nivel de madurez y de penetración del mercado es tan alto que te conviertes en un referente supongo que ya no eres una startup. Pero para eso aún queda un poco de tiempo.

—Ganaron el EIT Digital Challenge, que pretende identificar a las scale ups más innovadoras y de rápido crecimiento, y después han seguido lloviendo premios. ¿Cuántos?

—Es difícil de contar. El primero fue el premio del Instituto europeo de Innovación y Tecnología, que fue como ganar la copa de Europa para empresas de infraestructuras digitales. Luego obtuvimos premios como el de Extenda –Premios Alas a la Internacionalización de la Empresa Andaluza– por la exportación y el pasado año fuimos finalistas de la Mejor Pyme de España. No lo ganamos, pero seleccionaron cuatro de 300 en toda España y ahí estábamos nosotros, entre empresas con hasta 300 trabajadores y diez millones de facturación. Y otros galardones han sido los de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Sevilla, el premio Emprendedor XXI Andalucía, concedido por La Caixa y el ministerio de Industria, y el Banderas de Andalucía de la Junta.

—¿Refuerzan el trabajo?

—Sin duda, ayudan a consolidar la marca y para nosotros el premio internacional fue muy importante por la proyección que estamos buscando. Además, los premios tienen repercusión en los medios de comunicación y eso hace que en el mercado te perciban más serios y más maduros. ~