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Actualizado: 07 abr 2018 / 21:39 h.
  • Valentín Moreno, gerente de Florsali, en las instalaciones de la empresa en el polígono Nuevo Calonge de Sevilla. / Manuel Gómez
    Valentín Moreno, gerente de Florsali, en las instalaciones de la empresa en el polígono Nuevo Calonge de Sevilla. / Manuel Gómez

{¿Cuándo nació Florsali?

—Nació en 1988, hace ahora 30 años. La fundé con mi esposa, Sagrario Albertos, con Angelines, que es nuestra diseñadora, y con mi hermano Antonio que en aquella época era comercial. Sagrario y Angelines fueron las primeras que empezaron a diseñar flores de flamenca en Sevilla. Fueron pioneras. Yo me encargué de su distribución y así nació la empresa, profesionalizamos el negocio y contratamos a más personal. Además, mi hija Elisabeth también se ha incorporado a la empresa y espero que la saga continúe con ella al frente.

—La flor de flamenca es su especialidad, pero fabrican más productos, ¿verdad?

—Sí, fabricamos y comercializamos todos los productos relacionados con la moda flamenca, desde la flor de tela hasta pendientes o peinecillos en acetato con cristales, metales, metacrilato e incluso hemos incorporado una gama de resina que está de moda, se vende muy bien.

—La flor, ¿mientras más grande mejor?

—Los fabricantes, obviamente, influimos en las tendencias y, claro, se sigue manteniendo la moda por la flor grande. Este año sigue en auge el ramillete en diferentes formas y los tonos que predominan este año son los mostazas, buganvilla, carmines, rojos y negro.

—¿Desde cuándo venden por internet?

—Desde hace cinco años tenemos venta online y una persona encargada de ello, además de tener un servicio externo para las redes sociales. La venta por internet, no obstante, es pequeña, puede representar un dos por ciento del total, pero se debe a que nuestra web no está dirigida al público general, sino a las tiendas. Pero la estamos promocionando cada vez más.

—¿Cuáles son sus principales clientes?

—Grandes almacenes y tiendas especializadas del sector.

—Además de en Sevilla, ¿en qué otros mercados venden? Y, ¿cuánto representan las ventas en la provincia?

—Las ventas en Sevilla suponen un 40 por ciento del total y en el resto de Andalucía, otro 35 o 40 por ciento. El resto se vende en otros lugares de España. Además, tenemos una exportación principalmente a Japón, ya que vendemos algo en Alemania, Francia y Reino Unido pero no es relevante. En Japón vendemos un cinco por ciento aproximadamente.

—¿Tienen plan de expansión o intención de entrar en otros mercados internacionales?

—Estamos, con la ayuda de Extenda, acudiendo a ferias y tratamos de expandirnos, sí. Pero no nos hemos marcado ningún objetivo, quizás vender más en Japón y, por los complementos, llegar a México.

—¿Y tienen alguna línea nueva en ciernes?

—Florsali ha sacado ahora, por primera vez, una línea de complementos de comunión. Acudiremos a la feria Midi de Valencia en mayo.

—¿Cómo ha evolucionado su facturación en los últimos años?

—La crisis nos afectó hasta un 25 por ciento, pero estamos ya superando las ventas de antes de la crisis económica. Nos hemos sabido sobreponer. Hemos registrado un aumento de la facturación del 14 por ciento, aproximadamente, entre 2016 y 2017 y en este nuevo curso esperamos crecer entre un 17 y un 18 por ciento. Hemos remontado.

—¿Se nota más alegría en el sector?

—Sí. El Simof da el pistoletazo de salida y la gente se anima y empieza a comprar. Se nota más confianza. En otros sectores no tanto.

—¿Cuántas empresas como la suya, que fabriquen complementos de moda flamenca, existen en Sevilla?

—Yo diría que hay tres o cuatro fuertes. Hay mayoristas y diseñadores que también fabrican, pero en menor medida, así que yo diría que sólo tres empresas somos grandes fabricantes. Y estas tres empresas sevillanas lideramos el mercado de los complementos de moda flamenca internacional.

—¿Cuánto producen al año?

—En flores, 75.000 unidades. En acetato, metal y resina, unas 25.000 piezas y en mantoncillos, menos, entre 7.000 y 8.000.

—¿De dónde viene su materia prima?

—De Asia y Estados Unidos. En el caso de la flor, allí compramos el satén y el micro peach, por ejemplo, que después nosotros teñimos en función del diseño. Nuestro fuerte es el colorido, tenemos más de cien colores distintos.

—¿Qué les diferencia?

—El diseño propio e innovador y la calidad de los materiales que usamos. Después de 30 años, nuestra marca se reconoce por calidad, buen servicio y precio.