A partir del 1 de julio todas las tiendas –pequeñas o grandes, de ropa, farmacias, supermercados, etcétera– deben cobrar las bolsas de plástico. Nada de regalarlas, salvo las muy ligeras que se usan para alimentos a granel y las gruesas recicladas. España, por fin, asume la directiva europea en una materia en la que siempre va a rebufo.
Cada español consume al año 144 bolsas de plástico. El 90 por ciento sólo se usa una vez —entre 12 y 25 minutos— y luego se tira a la basura. Sin embargo, tardan en descomponerse completamente entre 100 y 500 años, según los datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del anterior Gobierno central. Así, la contaminación por plástico se ha convertido en una de las plagas del siglo XXI en tierra y mar.
Ocho millones de toneladas de este derivado del petróleo acaban en los mares cada año. Y las bolsas de plástico son una de las fuentes más comunes de esta contaminación, que afecta a todo el globo, tanto a la playa de Matalascañas como a la isla de Moorea, en la Polinesia francesa.
«Si no cambiamos el modo en que producimos y utilizamos los plásticos, en 2050 habrá más plásticos que peces en el mar». Esa fue la advertencia que realizó el vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans, tras la aprobación de la primera estrategia europea sobre plásticos. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente los costes ambientales de los plásticos suponen 15.000 millones de euros a nivel mundial.
Algunas comunidades autónomas y grandes superficies en España ya habían empezado a vetar las bolsas de plástico gratis, pero ahora se extiende a todo el país y todo tipo de comercios. El Gobierno no fijó el precio, pero ofrece en el Real Decreto un anexo con precios orientativos: para las de más de 15 micras se propone 15 céntimos por unidad.
Precisamente porque ya se habían tomado algunas medidas, en España se ha ido reduciendo el uso de bolsas de plástico. En 2007 se consumían 317 por habitante y año y en 2014, 144.
Desde 2008, cuando algunos comercios de forma voluntaria comenzaron a cobrar las bolsas a sus clientes, la reducción de consumo de bolsas ligeras en España ha sido de un 55 por ciento, según la industria del sector. «Algunas superficies comerciales dan valores de reducción de entre el 85 y 90 por ciento en sus establecimientos», apunta un portavoz de la Asociación Española de Industriales de Plástico.
Pero no es suficiente para cumplir las directrices europeas, por eso la prohibición se extiende a toda la cadena de consumo incluyendo el comercio minorista y grandes almacenes, tanto para las tiendas como para los productos que se entreguen en la venta on line o las entregas a domicilio.
A partir de 2021, además, en España se prohíben las bolsas de plástico ligeras y muy ligeras salvo las compostables. Un año antes, las bolsas gruesas deben contener al menos un 50 por ciento de plástico reciclado y se prohíben las de plástico fragmentable, como explicaremos en este reportaje.
El pasado 18 de mayo, el Consejo de Ministros del anterior gobierno del PP aprobó la propuesta del Ministerio, el Real Decreto sobre reducción del consumo de bolsas de plástico y por el que se crea el Registro de Productores, con el objetivo de reducir el consumo de bolsas de plástico ligeras en España, trasponiendo al ordenamiento español la directiva comunitaria. Además, se crea un registro para obtener información sobre las bolsas de plástico puestas en el mercado en el país.
Los fabricantes tendrán que comunicar a la administración qué clase de bolsa han vendido y a quién.
Este Real Decreto, según el anterior Gobierno de Rajoy, convierte a España en uno de los tres países europeos (junto a Francia e Italia) en que se prohíben las bolsas de plástico ligeras y muy ligeras (salvo las compostables), y que hace de España el único país de la UE que establece un contenido mínimo de plástico reciclado para las bolsas gruesas (más de 50 micras). El objetivo es incorporar el plástico reciclado, en la línea de los principios de la economía circular.
La Unión Europea aprobó en 2015 una directiva para reducir el consumo de las bolsas de plástico, poniendo el acento en las de menos de 50 micras de espesor (0,05 milímetros), que son las que se suelen usar sólo una vez. La directiva ofrecía varias opciones a los gobiernos de los 28 para reducir su consumo y en España, tras varios retrasos, el Consejo de Ministros aprobó este Real Decreto por el que el país se adapta a esa norma.
Pero, ¿qué dice la nueva normativa española? A partir del 1 de julio estará prohibido que cualquier comercio —ya sea una gran superficie o una pequeña tienda de ultramarinos o de ropa— regale bolsas de plástico de entre 15 y 50 micras, que son las que más se utilizan ahora.
Según los datos contenidos en el Real Decreto, en 2014 se pusieron en el mercado 67.230 toneladas de bolsas de plástico en España. El 83 por ciento se corresponde con bolsas de entre 15 y 50 micras; el diez por ciento fueron de menos de 15 micras; y el resto (siete por ciento) de más de 50. La prohibición completa de entregarlas gratuitamente es para ese 83 por ciento de bolsas de entre 15 y 50 micras. Las más ligeras —que se suelen emplear para productos a granel— podrán seguir regalándose. Y las de más de 50 también si contienen más de un 70 por ciento de plástico reciclado.
Desde el 1 de enero de 2020 las bolsas de plástico gruesas deberán contener al menos un 50 por ciento de plástico reciclado. Asimismo, se prohíben las bolsas de plástico fragmentable, por su contenido en aditivos que suponen un alto impacto ambiental. Según dijo el Ministerio, estableciendo esta fecha se da margen a los comerciantes para liquidar su stock y a los fabricantes para dejar de producirlas.
¿Y cuáles son las bolsas de plástico fragmentables? Las fabricadas con materiales plásticos que incluyen aditivos que catalizan la fragmentación del material. Esta descomposición en microfragmentos es muy dañina también para el medioambiente.
Además, a partir del 1 de enero de 2021 se prohibirán todas las bolsas de hasta 50 micras, las ligeras y muy ligeras. Sólo se permitirá la entrega en los comercios de las bolsas compostables, que son las que cumplen con unos requisitos fijados por la UE para que puedan acabar en el futuro contenedor para biorresiduos o desechos orgánicos que los ayuntamientos tendrán que empezar a implantar para cumplir con las directivas comunitarias. Se quiere evitar que acaben con el cubo de los envases de plástico.