La Junta de Andalucía y el Gobierno central coinciden en que el futuro de la aceituna negra dependerá de que Bruselas agote todas sus fuerzas diplomáticas para convencer a la Comisión de Comercio Internacional (ITC en sus siglas en inglés) de Estados Unidos de que las ayudas recibidas por el sector son legales y hacerlo antes de que se reúna el próximo 10 de julio. El primer paso será llevar el asunto a la mesa del Consejo de ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea, que se celebrará la próxima semana, como un asunto «mayor» para España, según recalcó este jueves el nuevo ministro del ramo, Luis Planas, tras la reunión mantenida con el consejero de Agricultura andaluz, Rodrigo Sánchez Haro.
A partir de ese momento, ambas administraciones aunaran fuerzas para exigir a la Comisión Europea el «máximo esfuerzo diplomático», así como el mayor número de actuaciones posibles «para que se trate a la aceituna negra como se ha tratado a otras producciones», apuntó el consejero, en referencia a la reacción de Bruselas frente a la amenaza de Estados Unidos a otros productos como el acero. La Comisión Europea apuntó el miércoles que no actuará hasta que el ITC anuncie su resolución sobre el daño de las importaciones de aceituna negra española al sector estadounidense a finales de julio.
No obstante, desde Andalucía confían en que cambie la perspectiva europea en defensa del sector a partir del planteamiento que va a realizar el ministro el próximo lunes. En caso contrario, Sánchez Haro, recordó que la confirmación por parte de la Comisión de Comercio Internacional de los aranceles supondría sacar del mercado norteamericano a la aceituna negra, lo que afectaría de pleno a 8.000 empleos, dos millones de jornales y 300 empresas en Andalucía, la mayoría de ellas afincadas en la provincia de Sevilla.