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Actualizado: 04 sep 2017 / 23:47 h.
  • Sevilla, la segunda provincia española donde más subió el paro
    Varios ciudadanos entran en una de las oficinas del SAE en la capital sevillana. / Manuel Gómez

El número de parados registrados en las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo (antiguo Inem) en la provincia de Sevilla se situó en agosto en 206.937 personas. Así el número de personas que siguen en búsqueda activa de empleo aumentó el último mes en 5.129 sevillanos, un 2,54 por ciento más que en julio, según los datos facilitados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Sevilla es la segunda provincia española que más incrementó el número de parados, por detrás de Barcelona, que sumó más de 7.000 parados.

Si echamos la vista atrás doce meses, la lectura es positiva. Este agosto había 17.689 parados menos que un año antes, lo que supone un 7,87 por ciento.

El sector servicios es el que se lleva la peor parte, pues en agosto había 3.770 desempleados más en este tipo de actividades. Así, servicios sumaba al cierre del mes 135.108 parados. El colectivo de personas sin empleo anterior es otro de los damnificados, con 654 personas más en la lista negra, lo que suma ya 23.585 parados. La construcción es otro de los que más incrementó el número de personas que buscan empleo, 594; seguida de la industria, con 378 parados más en agosto. Sin embargo, hay un sector que se salva, el de la agricultura, que es el único que restó personas, aunque pocas, de los registros del SAE: 267.

Por otro lado, la provincia perdió afiliados a la Seguridad Social en agosto, una media de 7.666. Así, el número medio de contribuyentes al sistema se situó en 684.974 personas. La lectura es más positiva si la comparamos con la de agosto de 2016. En comparación con el mismo mes de hace un año, el sistema contaba este agosto con 21.614 afiliados más de media.

Más paro y menos contratos. Según los datos de Empleo, en agosto se rubricaron en la provincia 68.862 contratos, 15.848 menos que en julio, pero cerca de 2.500 más que un año antes. La temporalidad sigue imperando, y copa más del 95 por ciento de los contratos.