Cada día, Jesús entra a trabajar a las 3 de la mañana. Lo hace para que a primera hora los más madrugadores puedan llevarse su pieza de pan. Trabaja cuando todos los demás duermen y no conoce otro horario, pues desde que tenía 14 años su vida laboral se cuece en un horno de pan. Ahora es el encargado de obrador de una de las pocas panaderías de Sevilla que mantienen el encanto de obrar por la noche, la de Las Doncellas. Dice que será porque lleva 40 años con ese turno, pero que para él, trabajar de noche no le ha supuesto ningún impedimento. De hecho, le gusta porque tiene «más libertad que cualquiera para ir y venir».
Pero Jesús es la excepción que confirma la regla. Mariló es enfermera y como tal su vida no se mide por horas, sino por turnos. Desde hace un año trabaja en el maternal del Virgen del Rocío. Sus turnos son de doce horas y cuando le toca el de noche, lo hace de 8 de la tarde a 8 de la mañana. Mariló acepta sus turnos porque está en su condición de enfermera pero sostiene que trabajar en ese horario «te influye en los insomnios, en el tránsito, te cambia todo el metabolismo y hasta te cambia el humor». De hecho, asegura que el primer día que trabaja en ese turno no suele acostarse.
Miguel también sufre «este tipo de trastornos». Trabaja por turnos en la sala de emergencia del 112, y entre cinco y siete días al mes lo hace entre las 23.00 y las 7.00 horas. Es precisamente la rotación de turnos –mañana, tarde, noche– lo que más le afecta. Sobre todo cuando el turno de noche coincide con el fin de semana, porque son tres días seguidos con ese horario, «lo que deja hecho polvo», sostiene. Miguel asegura que no es tanto por aguantar los tres días, sino cuando te tienes que adaptar otra vez al trabajo, «ya que es cuando aparecen los problemas de insomnio». Se trabaja en el turno de noche y durante el fin de semana, ya que son tres días seguidos con ese horario». El verdadero problema: «Nunca tienes una rutina». Por eso la mayoría de la gente se medica; él, por ejemplo, toma melatonina.
Viven al revés, y esto también afecta a las relaciones personales, asevera Miguel. «Estás mucho más irascible y hay que ser consciente de eso», puntualiza.
A esto se añade que en las emergencias de noche prima el nerviosismo: peleas, suicidios, situaciones en las que las personas que llama suele estar más nerviosa de lo normal... «Esto implica un desgaste emocional», insiste Miguel. Por eso, desde su sector, demandan un sistema de descansos más apropiados, y que no se considere descanso las 24 horas siguientes a un turno de noche «porque cuando realmente empiezas a vivir es a partir de las siete de la tarde, cuando te levantas».
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene recoge en un documento una serie de notas técnicas de prevención para mejorar las condiciones de los trabajadores a turnos o nocturnos. Entre ellas que los turnos de noche y de tarde nunca sean más largos que los de mañana; facilitar comida caliente y equilibrada; evitar el trabajo nocturno continuado a partir de los 40 años; reducir, en lo posible, la carga de trabajo en el turno de noche; o anticipar el calendario con la organización de los turnos, entre otros. Una serie de recomendaciones que las empresas no suelen cumplir «porque lo que prima es el beneficio de las empresas», subraya Miguel.
La secretaria de salud laboral de CCOO Sevilla, Pilar Moreno, es clara a este respecto: «La ley exige una organización más saludable y justa, pero esto no se cumple. De hecho, la mayoría no tiene hecha la evaluación de riesgos y los que la tienen no la llegan a desarrollar». Por ello cree que «habría que pedir y obligar a las empresas a que hicieran esta evaluación y a que la apliquen; y si no quieren ejecutarla a través de la inspección de trabajo, aunque el problema es que a esta le faltan medios».
En cuestión al plus nocturno, Moreno insiste en que «no se trata de cambiar dinero por salud, sino que el objetivo es que el trabajador esté en un entorno saludable». No obstante es franca y reconoce que no hay mucha diferencia entre un trabajo nocturno y uno diurno, y no está bien pagado.
La clave para que el nocturno sea un turno con menores riesgos, desde CCOO apuntan que es crucial «la organización del tiempo de trabajo, las pausas, el ritmo de trabajo, la repetitividad, e incluso el diseño del puesto de trabajo y el entorno ambiental».
LOS RIESGOS DEL TURNO DE NOCHE
Un estudio del sindicato andaluz de enfermeros Satse desgrana los mayores riesgos a los que están expuestos los trabajadores con turnos rotatorios o nocturno. Así apunta que...
Alteraciones biológicas. Este tipo de turnos, además, produce alteraciones en el equilibrio biológico de los que los realizan, y rompe los ritmos circadianos –que regula las funciones fisiológicas– normales, lo que supone un peligro para la salud.
No conciliación familiar. Una de las mayores trabas cuando una persona trabaja de noche es la conciliación con la vida personal y familiar, lo que produce problemas de convivencia.
Incrementa la siniestralidad. Según este estudio, el mayor número de accidentes laborales se produce entre las 12 de la noche y las 6 de la mañana. El motivo: la falta de atención y la disminución del estado de alerta.
Deterioro de la salud. El estudio se hace valer de otros informes que señalan que los profesionales que trabajan en turnos y por las noches empiezan a evidenciar problemas de salud a partir del quinto año en estos turnos, en porcentajes mayores que el resto de la población.
Menor rendimiento. Cuando una persona trabaja a turnos o por la noche, el rendimiento y la productividad menguan.