El ala-pívot letón Kristaps Porzingis, criado en la cantera de Baloncesto Sevilla y una de las estrellas del conjunto de San Pablo hasta su marcha el curso anterior, está brillando con luz propia en la NBA. En la potente Liga norteamericana está reuniendo los números necesarios para aspirar con garantías a ser el mejor rookie del año y aún mantiene opciones reales de disputar los play off con los New York Knicks.
El ex de Baloncesto Sevilla valoró su estancia en Estados Unidos en los micrófonos de Cope durante El Partido de las 12. El letón expuso que sus inicios en Sevilla “fueron muy duros”. “La gente piensa que todo fue perfecto desde el principio, pero llegué a Sevilla pesando menos de 70 kilos y midiendo 2,05. Tuve anemia y apenas tenía fuerza”, indicó. “No hablaba español, no podía entrenar y no quería estar allí. Luego me fui a casa, mi madre cocinó, me lavó la ropa y cuando volví a Sevilla pensé que quería volverme”, señaló. “Sin embargo, el baloncesto siempre me salvó”, confesó.
Y sobre los elogios que está recibiendo en el torneo más prestigioso del basket mundial, Porzingis subrayó que “estoy recibiendo muchos elogios de los mejores jugadores de aquí y eso me hace ser feliz”. Sobre su vida en el país norteamericano, el ex del cinco de San Pablo desveló que “vivo con mis padres, no bebo alcohol y no voy a ningún establecimiento nocturno”. “Añoro mucho la comida de Sevilla”, finalizó.