Sevilla y Betis, Betis y Sevilla vuelven a verse las caras casi un año después de su último duelo. En esta ocasión, la cita será en el Sánchez-Pizjuán, al que ambos acuden con la ilusión por bandera y el firme propósito de dar una alegría a sus aficionados. El primer derbi de la temporada llega cargado de alicientes y, al mismo tiempo, de incertidumbre. Casi alcanzado el ecuador de la Liga, ninguno de los dos equipos ha logrado responder a las expectativas. Y qué mejor día para dar un golpe de efecto que hoy, bien prolongando, bien rompiendo esa estadística que refleja que el Sevilla ha ganado siete de los ocho últimos derbis –el otro acabó en empate– y que la última victoria del Betis se remonta a marzo de 2014 (Europa League).
Ejercerá de local un Sevilla por ver tras la destitución de Eduardo Berizzo y la llegada de Vincenzo Montella. Con el equipo quinto en la tabla y vivo en la Champions y en la Copa, las malas sensaciones terminaron colmando el vaso de la paciencia y dando el testigo al italiano. En Cádiz, escenario del debut de Montella, se vio un equipo más sólido en líneas generales, aunque es pronto para evaluarlo bien. Lo único cierto es que debe mejorar mucho si quiere llegar lejos.
Recuperar la solvencia defensiva es clave. Dos derrotas y un empate, ocho goles en contra y uno a favor en las tres últimas jornadas lo dicen todo. Pero de poco serviría al Sevilla mejorar en defensa si en ataque no encuentra su anhelada pegada. Y para ello, nada mejor que el Sánchez-Pizjuán, donde no pierde desde noviembre de 2016. Un estadio que hoy volverá a ver a Nzonzi, recuperado para la causa por Montella, quien, sin Pizarro (sancionado), podría dar entrada a jugadores como Mercado, Krohn-Dehli o Ben Yedder, sin olvidar a Franco Vázquez.
TRES ALTAS EN EL BETIS. La incertidumbre también rodea al Betis. El equipo de Quique Setién llega con una sola victoria (Málaga) en sus nueve últimos encuentros, racha que, además de perder fuelle en la Liga, le ha costado decir adiós a la Copa. Decimocuarto en la tabla, el conjunto verdiblanco buscará un triunfo que le permita escalar posiciones –está a seis puntos del Villarreal (sexto)– y dar una alegría a la afición. Para ello, Setién contará con Guardado y Javi García, recuperados de sus problemas físicos en un once donde no estará Amat (sancionado) y al que apunta Fabián, con Rubén de vuelta al equipo, si bien inicialmente estaría en el banquillo.
En cualquier caso, en el Betis todo pasa por encontrar ese equilibrio que le permita hacerse fuerte de verdad en defensa y exprimir su velocidad a la hora de atacar en un derbi que promete ser de toma y daca y en el que minimizar los errores se antoja determinante. El Bernabéu y La Rosaleda fueron testigos de las dos victorias verdiblancas lejos de casa en esta Liga y ahora el reto se llama Sánchez-Pizjuán.
