La derrota de ayer del Almería le produjo una especie de déjà vu. Anclado en Segunda División desde hace siete temporadas, el club almeriense ha estado cerca de ascender en numerosas ocasiones. La cuestión se enfatizó durante los últimos dos años, ya que el equipo cayó en los playoffs de sendas temporadas. Y no parece que este año vaya a cambiar su modus operandi: la segunda plaza que ocupa está peligrosamente acechada por el Valladolid, que se encuentra a un punto de distancia.
El conjunto rojiblanco lleva tiempo sumido en una montaña rusa de entrenadores que van y vienen, aunque parece que Rubi se ha asentado en el mando técnico. El entrenador catalán, que no tuvo un buen recuerdo de su experiencia en el Real Betis, ha logrado mantener la segunda plaza de la tabla hasta la jornada actual: la 33. Logro que, sobre el papel, es ciertamente esperable, pues el Almería cuenta con la plantilla mejor valorada económicamente de LaLiga SmartBank, según Transfermarkt.
Rubi cuenta con jugadores de gran talento y calidad, pero por encima de todos destaca el nombre de Umar Sadiq. El delantero nigeriano es uno de los cracks de segunda, ocupando el cuarto puesto en la tabla de los máximos anotadores (15) y el tercero en la de los máximos asistentes (7). Sin embargo, es tal la importancia del Sadiq en el equipo, que el Almería disminuye en gran medida sus efectivos sin él. La prueba: el último partido frente al Girona. Un penalti repetido que se falla en las dos ocasiones, un regalo de Fernando que también se erra, un travesaño de Ely y la pérdida de tres puntos en un momento crucial de la temporada.
Una de las cuestiones que urgentemente debe mejorar el equipo andaluz es el acierto en las penas máximas. ‘‘No había estado nunca en un equipo con tanto infortunio en el lanzamiento de penaltis’’, explicaba Rubi en la última rueda de prensa post partido. Si bien Ramazani es el hombre más fiable para esta práctica, cuando no está parece imposible acertar desde los 11 metros. Tampoco el aclamado Sadiq es bueno en este punto; dos fallos de dos lanzamientos le hacen encabezar la lista de fallos en penaltis. Una asignatura pendiente (seis fallos de diez) que podría condicionar gravemente los escasos partidos que restan.
La historia parece repetirse, y el Almería vuelve a encontrarse de nuevo entre la fina línea del ascenso directo y los playoffs. No sería descabellado pensar en un final de temporada donde el Almería disputase el torneo de ascenso, pues no parece asentarse en una buena racha de resultados. Además, el Valladolid le sigue constantemente la pista. Por ello, los de Rubi deberán corregir su ‘dependencia’ del crack nigeriano y su acierto en ciertas jugadas -entre otros-, para entrar en aquella categoría a la que una vez fue perteneciente.