Rosa Mota dominó como nadie la prueba de maratón en los grandes campeonatos a finales de los 80. La portuguesa se instaló entonces en el olimpo del atletismo con un serial único en la historia de esta especialidad. Tres veces campeona de Europa, en 1987 conquistó el Mundial en Roma y en el 88 el oro olímpico en Seúl, después que en 1984, en Los Ángeles, allí donde su compatriota Carlos Lopes se colgó el oro, conquistara el bronce. Estos días está en Sevilla para ejercer de madrina del maratón hispalense, que disputarán 800 de sus compatriotas. «Vengo a celebrar esos 30 años a Sevilla. Lo que más recuerdo de aquel día fue cuando mi entrenador, en el kilómetro 37, me dijo ‘pírate, tira’, lo hice y llegué sola al estadio. Recuerdo la alegría de los periodistas españoles cuando crucé la meta, era como si hubiese ganado una española, y lo agradecí mucho».
Mota va a cumplir en 2018 60 años, no debe pesar mucho más de los 45 kilos que tenía cuando era profesional, y no ha dejado de correr. «Soy como Martín Fiz, aunque él sigue compitiendo en serio. Correr es una pasión, nunca he dejado de correr y no dejaré de hacerlo. Cuando empezaba tampoco pensaba en llegar al nivel al que llegué, lo hacía porque me apasionaba». «Si no estoy lesionada corro cada día o casi cada día, y si no, voy a la piscina o cojo la bicicleta».
Su mejor marca es de 2h:23.29, que logró en Chicago en 1985. Sólo le faltó batir el récord del mundo, aunque no lo necesita para poder ser considerada la mejor maratoniana de todos los tiempos. «Lo más importante para mí siempre fue ganar (ríe), las marcas en un maratón dependen del circuito, de las condiciones...recuerdo el calor y la humedad que hizo cuando gané el Mundial en Roma. Ese día hice 2h:25 y con otras condiciones tal vez 2h:20».
Nunca corrió un maratón en España, sí hizo cross, pista o ruta. «Soy de Oporto y siempre íbamos a Vigo, nos recibían siempre con los brazos abiertos». «¿Correr el maratón de Sevilla ahora? ¿Por qué no? Aquí las condiciones son óptimas para tener éxito, seas corredor de élite o no. Y es una ciudad tan bonita. Algún día correré en Sevilla».
GANAR, GANAR Y VOLVER A GANAR
Rosa Mota disputó 21 maratones entre 1982, cuando hizo su debut en el Europeo de Atenas, y 1992, el año de su retirada, ganando 14 de ellos, una cifra increíble, cuando además competía con atletas de extraordinario nivel como la noruega Grete Waitz, quien fue plusmarquista mundial. Su mejor marca, 2h23:29 la logró en la Maratón de Chicago de 1985, donde acabó tercera (ganó Joan Benoit, oro olímpico en 1984). Ganó tres veces el maratón de Boston, dos el de Chicago, ganó el de Londres o Tokio, y seis veces seguidas la San Silvestre de Sao Paulo.
