El Gobierno se prepara para declarar este domingo el estado de alarma, en un Consejo de Ministros extraordinario, después de que se lo hayan pedido diez Ejecutivos autonómicos --seis de ellos, del PSOE--, con el objetivo de tener cobertura jurídica suficiente para endurecer las restricciones de movilidad y poder hacer frente al incremento de contagios de COVID-19, según informan a Europa Press fuentes gubernamentales.
El jefe del Ejecutivo afirmó este viernes a mediodía, en una declaración institucional desde el Palacio de La Moncloa, que está dispuesto a adoptar las medidas que haga falta para doblegar la curva de contagios. En su mensaje, también volvió a instar a las regiones que se encuentran en situación de alto riesgo a que solicitaran la aplicación de este instrumento para poder doblegar la curva.
Tras advertir de la gravedad de la situación, a las 11.00 horas de este sábado ya le habían pedido que diera este paso País Vasco, Cataluña, Cantabria, las comunidades gobernadas por el PSOE de Asturias, Extremadura, La Rioja, Navarra, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana, así como la ciudad autónoma de Melilla.
De momento ninguna comunidad autónoma gobernada por el PP ha solicitado la declaración del estado de alarma, aunque por ejemplo Castilla y León sí ha recurrido a medidas drásticas como el toque de queda, y Madrid ha prohibido las reuniones entre no convivientes durante la noche.
Con los "toques de queda" como último bastión antes de la línea roja del confinamiento domiciliario, el País Vasco, Cataluña, Asturias, Extremadura, La Rioja, Navarra, Castilla-La Mancha y Melilla se han unido a la demanda, que cuenta con el apoyo de Cs, cuya líder, Inés Arrimadas, ya ha ofrecido los diez votos de su partido para aprobarlo en el Congreso y ha emplazado al líder del PP, Pablo Casado, a que se sume.
Otras comunidades, como Andalucía, Castilla y León, C.Valenciana o Murcia, están a la espera de que sus tribunales superiores autoricen o no sendos "toques de queda" nocturnos. También la Comunidad de Madrid ha decidido aplicar una limitación de actividad y reuniones, pero no de movimientos, entre la medianoche y las 6 de la mañana, a la vez que alarga el horario de la restauración.
Sánchez ha aludido al estado de alarma en una declaración institucional -con tono y gestos de primera ola y apelaciones a la unidad y la disciplina social- en la que ha advertido de que vienen "meses muy duros" y de que no hay otro camino que reducir contactos y desplazamientos más de lo que han hecho hasta ahora las autonomías, concentradas en dosificar las medidas y evitar las más expeditivas.
La situación epidemiológica es grave, lo es desde hace muchas semanas; de hecho ya lo habían vaticinado los expertos a la vista de la crudeza del verano. Este viernes se han consignado 19.851 casos y 231 fallecimientos. La incidencia por 100.000 habitantes en los últimos 14 días es de 361,66 con once autonomías por encima de esa media. Las hospitalizaciones se elevan a 14.539, 2.031 en la UCI.
"La situación es grave y es preciso actuar con determinación", ha dicho Sánchez, que ha añadido: "Debemos adoptar las medidas necesarias para frenar los contagios causando el menor daño económico posible y las menores restricciones para las libertades personales. Y estamos listos para adoptar todas y cada una de las medidas".
Tras insistir en que España está ahora mejor preparada respecto al pasado 14 de marzo, cuando se decretó el primer estado de alarma, el presidente del Gobierno, sin anunciar ninguna medida, ha abogado por "buscar el equilibrio" entre la salud pública, las repercusiones sociales y la garantía de derechos y libertades.