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Actualizado: 13 ene 2018 / 23:32 h.
  • Artur Mas observa la intervención por videoconferencia de Carles Puigdemont. / Quique García (Efe)
    Artur Mas observa la intervención por videoconferencia de Carles Puigdemont. / Quique García (Efe)

Los expresidentes de la Generalitat Carles Puigdemont y Artur Mas pidieron unidad a su partido, el PDeCAT, para sumar fuerzas con el espacio de Junts per Catalunya (JxCAT), con el que concurrieron a las últimas elecciones catalanas, y así ensanchar su base de votantes potenciales.

Ambos lanzaron este mensaje durante el Consejo Nacional que los demócratas celebraron ayer en el Auditorio AXA de Barcelona, en el que Mas aprovechó para despedirse como presidente del PDeCAT y de la primera línea de la política. Los miembros del consejo nacional de la formación le despidieron con varios aplausos, uno de los cuales duró varios minutos, y con un vídeo recordando algunos de los momentos más importantes de la carrera política de Mas, como su primera investidura como presidente y la firma del decreto de convocatoria de la consulta del 9 de noviembre. Mas fue el más contundente en su petición de unidad: reclamó «generosidad» al partido y que aparque «controversias, dinámicas internas y rifirrafes».

«Hay que saber sumar porque si lo sabéis hacer las municipales también las ganaremos», aseguró el expresidente, que ha equiparado el «espíritu» de JxCAT con el de «la casa grande del catalanismo», una expresión que acuñó el propio Mas cuando tomó las riendas del partido relevando a Jordi Pujol y que implicaba la apertura de CDC.

En la misma línea, Puigdemont agradeció la «generosidad y complicidad» de la estructura, los apoderados y los interventores del PDeCAT que han estado en «la base» de JxCAT, un espacio que él mismo promovió. «Es una base que es muy sólida y que, como tiene unos valores que siempre que se han usado para proyectos de país han permitido construir pisos, es lo que tiene que orientar nuestra actitud en el futuro», añadió.

Sobre el escenario político catalán, ninguna de las personas que hablaron en abierto hizo referencia explícita a los pasos a seguir en los próximos días, si bien Puigdemont reivindicó que el objetivo debe ser «restituir» las instituciones y el «Govern legítimo» porque esta es la voluntad que han expresado los ciudadanos en las urnas.

Cuando solo faltan cuatro días para la sesión constitutiva de la cámara catalana, el soberanismo aún no ha despejado la incógnita sobre cómo mantendrán la mayoría independentista en la Mesa del Parlament, teniendo en cuenta que la ausencia de ocho de sus diputados (tres en prisión preventiva –que podrían delegar sus votos– y cinco en Bruselas) les deja sin mayoría absoluta en el momento de la votación.

Tampoco se sabe aún cuál es el plan para investir a Puigdemont, que reside en Bruselas desde finales de octubre ante las dificultades que plantea hacerlo de manera telemática.

La vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, advirtió que no aceptarán que en Cataluña se imponga la «ciberdemocracia» y su Parlamento se convierta en un «videojuego». «No vamos a aceptar que se haga una investidura telemática contraviniendo el reglamento del Parlament. Ni ciberdemocracia ni ciberpolíticos, queremos que vuelva la normalidad a Cataluña», afirmó Levy en un acto del PP en Torrijos (Toledo). La dirigente popular pidió que se presente un nuevo candidato a la Presidencia de la Generalitat cuyo objetivo sea devolver la normalidad y la tranquilidad a los catalanes con un plan de gobierno de consenso.

Por su parte, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, admitió que tras los malos resultados electorales en Cataluña que su estrategia no ha funcionado y que se ha podido percibir con su defensa del referéndum pactado que estaban hablando para otras formaciones políticas más que a los ciudadanos. Ese fue uno de los mensajes que Iglesias ha trasladado a los miembros de su Consejo Ciudadano estatal, ante quienes hizo balance del curso político y de su estrategia en Cataluña, en su primera aparición pública casi un mes después de las elecciones catalanas, en las que perdieron tres escaños.