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Actualizado: 05 ene 2023 / 13:43 h.
  • Mateo Sagasta.
    Mateo Sagasta.

Práxedes es más bien nombre de niña, pues procede de la santa romana que dio cobijo al mismísimo San Pedro en aquellas primeras persecuciones del Imperio, y, de hecho, etimológicamente significa “emprendedora”. Sin embargo, en España siempre fue un nombre ambiguo que también se utilizaba para los hombres, aunque pocos se llamaran así y el único caso archiconocido llegara a encarnar tan literalmente ese significado, pues Práxedes Mateo Sagasta, de quien hoy se cumplen 120 años de su muerte, fue el jefe del partido liberal que ideó junto a su adversario del partido conservador, Antonio Cánovas del Castillo, aquel sistema del turnismo que amagó con parecerse a la democracia antes de que esta aterrizase realmente en nuestro país.

Célebre por sus dotes retóricas en el Parlamento -una virtud que tanto se echa de menos actualmente-, Práxedes llegó a presidir el Consejo de Ministro hasta en siete ocasiones, entre 1870 y 1902; o sea, que protagonizó muy activamente la política española en aquel último tercio del siglo XIX que podría haber sido más convulso aún, aunque parezca mentira, pues uno de los cometidos del Pacto de El Pardo, firmado por él y Cánovas, fue precisamente garantizar la continuidad de la monarquía cuando Alfonso XII estaba agonizando y Alfonso XIII latía aún en el vientre de María Cristina... Y aquella estrategia conservadora la firmó él precisamente, que había sido el único alumno de la Escuela de Ingenieros y Caminos de Madrid que se había negado a firmar un manifiesto en apoyo de la reina Isabel II en 1848... Sin embargo, los tiempos habían cambiado tanto en aquellas décadas, que él mismo fue consciente de las ocasiones en que pudo haber perdido la vida y se fue convirtiendo en el más conservador de los liberales.

Mateo Sagasta, el ingeniero que articuló la política española hasta el siglo XX
Tumba de Sagasta.

Ingeniero precoz

Antes de convertirse en un ingeniero de la política española, Práxedes estudió ingeniería en la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid, donde se tituló en 1849. Tan destacado currículo llevaba bajo el brazo, que con apenas 25 años se le adjudica la jefatura de Obras Públicas de Zamora, donde se encarga de la construcción de la carretera a Orense. Dos años después, será el ingeniero Práxedes el encargado de diseñar un estudio del ferrocarril entre Valladolid y Burgos, el conocido como ferrocarril del Norte, con 120 kilómetros de trazado. Fue por aquellos años cuando inició su romance con Ángela Vidal, mujer casada con la que no regularizó su matrimonio hasta la muerte del primer marido, precisamente el mismo año en que murió Alfonso XII: 1885.

Para entonces, el ingeniero Mateo Sagasta hacía mucho que había empezado a diseñar otras estructuras, las de una política vapuleada por todas las crisis imaginables en el turbulento siglo XIX español, herido de muerte no solo por la inestabilidad monárquica sino también por el alzamiento de tantas colonias de ultramar, algunas de las cuales se habían independizado sin que aquí quedara constancia... Práxedes, que llegó a dirigir el periódico La Iberia, se llevó casi una década ejerciendo como profesor en la recién creada Escuela de Ayudantes de Obras Públicas, y había impartido, desde 1857, clases de Topografía y Construcción. De hecho, solo un año después fue nombrado subdirector del centro. Pero en 1866, cuando participó con el general Prim en la sublevación del Cuartel de San Gil para destronar a Isabel II, es detenido y condenado a muerte. Expulsado de la escuela, consiguió huir y exiliarse en Francia, donde permaneció hasta casi dos años después, cuando triunfó por fin la Revolución. Solo a partir de entonces se dedicó plenamente a la política.

Ministro de Gobernación

Con la reina ahora en el exilio, Mateo Sagasta fue nombrado ministro de Gobernación en el gobierno provisional de general Serrano. Miembro del Partido Constitucional y muerto Prim, llega a ser nombrado, hasta en dos ocasiones, presidente del Consejo de Ministros durante el reinado de Amadeo de Saboya, ya entre 1871 y 1874. Cuando se restaura la monarquía, con Alfonso XII, Práxedes funda el llamado Partido Liberal, llamado a turnarse con el de su adversario Cánovas del Castillo, el Partido Conservador, hasta 1909, incluso seis años después de haber muerto el propio Práxedes por una broconeumonía senil a los 77 años y por supuesto asesinado Cánovas, en el verano de 1897... Es decir, que su propio sistema de “turno pacífico”, como lo llamaron, sobrevivió a sus inventores.

Fue el 24 de noviembre de 1885 cuando Sagasta y Cánovas firmaron aquel Pacto de El Pardo para garantizar la continuidad de la monarquía porque ya estaba claro que iba a morir Alfonso XII y el próximo rey estaba aún en el vientre la regente, María Cristina... En rigor, el turnismo se había practicado ya desde antes, cuando Cánovas le cedió el poder a Sagasta a cambio de que los liberales acataran la Constitución de 1876. Fue a Práxedes a quien le tocó presidir el gobierno durante la Guerra de Cuba, lo que supuso definitivamente la pérdida del imperio colonial español... Cánovas había sido asesinado el verano anterior y Sagasta tuvo que asumir la responsabilidad, aunque eso no impidió que fuera nuevamente el presidente del gobierno al estrenarse el siglo XX, entre 1901 y 1902... Como escribiría Pío Baroja en El árbol de la ciencia algunos años después, en referencia al capítulo histórico del llamado Desastre del 98, “A Andrés le indignó la indiferencia de la gente al saber la noticia. Al menos él había creído que el español, inepto para la ciencia y para la civilización, era un patriota exaltado, y se encontraba que no; después del desastre de las dos pequeñas escuadras españolas en Cuba y en Filipinas, todo el mundo iba al teatro y a los toros tan tranquilo; aquellas manifestaciones y gritos habían sido espuma, humo de paja, nada”.