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Actualizado: 28 oct 2016 / 07:01 h.
  • Mariano Rajoy abandona el hemiciclo al terminar la segunda jornada del debate de investidura. / Chema Moya (Efe)
    Mariano Rajoy abandona el hemiciclo al terminar la segunda jornada del debate de investidura. / Chema Moya (Efe)

El líder del PP, Mariano Rajoy, no logró ayer la mayoría absoluta del Congreso, necesaria para ser investido presidente en primera votación y deberá esperar al sábado para superar un trámite que ya tiene asegurado. La única emoción la pondrán los diputados socialistas: ¿Se abstendrá al final alguien? ¿dejará su escaño Pedro Sánchez para no tener que hacerlo?.

En todo caso, el debate de ayer tuvo otro protagonista: Pablo Iglesias buscó hacerse un hueco como líder de la oposición, con cruce de reproches con el PP, dardos al PSOE... y diputados populares que acabaron por defender, ante los micrófonos –n o en el hemiciclo– a los socialistas: la peor escenificación para un PSOE que le disputa a Unidos Podemos el liderazgo de la izquierda.

Tras su discurso de investidura de ayer y las intervenciones de hoy de los representantes de los grupos, Rajoy ha cosechado 180 votos en contra de su reelección y 170 a favor, por lo que no ha llegado a los 176 requeridos en la jornada de hoy.

Se trata de unas cifras exactas a las que hubo en su investidura fallida en agosto pasado, y ha contado, como entonces, con el apoyo de los diputados del PP, Ciudadanos, Coalición Canaria, UPN y Foro.

En contra se han expresado los parlamentarios del PSOE, Unidos Podemos y sus confluencias, PNV, ERC, PDECat, Compromís, EH Bildu y Nueva Canarias.

Lo que cambiará el sábado respecto a la votación de hoy será la abstención del PSOE, con la duda aún de cuántos de sus diputados no acatarán la disciplina de voto y si entre ellos estará su exsecretario general Pedro Sánchez.

Esa abstención socialista permitirá que el presidente en funciones, 48 horas después de la votación de hoy tal y como determina la Constitución, logre ya la mayoría simple necesaria, es decir más votos a favor que en contra.

Durante la sesión de hoy, Rajoy ha lanzado múltiples mensajes en los que ha ratificado la disposición al diálogo que ya dejó patente ayer en su discurso y ha evitado críticas directas a partidos con los que pretende llegar a acuerdos durante la legislatura como el PSOE, Ciudadanos o el PNV.

Como muestra de su talante negociador, ha anunciado que, mientras se logra acordar un pacto de Estado en educación, el Ejecutivo suspenderá los efectos académicos de las reválidas en ESO y Bachillerato previstas por la Lomce y no se exigirán para obtener esos títulos.

En nombre del PSOE, su portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, ha defendido la abstención a Rajoy en segunda votación convencido de que «el tiempo dará la razón» a los socialistas al ser la única vía para evitar elecciones, pero le ha avisado de que no será un apoyo de legislatura ni un aval a los próximos presupuestos.

Ha sido el líder de Podemos, Pablo Iglesias, quien ha agitado el debate reivindicando las protestas en las calles para defender las instituciones frente a los «antisistema» del Parlamento y considerando que «hay más delincuentes potenciales en el Congreso que fuera».

Si el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha atribuido en exclusiva a Rajoy el éxito o el fracaso de la legislatura, el portavoz de ERC, Joan Tardá, se ha dedicado a defender la apuesta independentista en Cataluña ante la que ha dicho que sólo cabe «referéndum o referéndum».

Aitor Esteban, del PNV, ha acusado a Rajoy de carecer de proyecto para Cataluña y para Euskadi, y, desde el grupo mixto, el diputado del PDECat Francesc Homs, también en clave catalana, le ha trasladado que en sus manos está mantener la confrontación o abrir el diálogo.

Al término de la votación, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha fijado el pleno del sábado para las 18:30 horas y con la premisa, para cumplir con la Constitución, de que no se podrá votar ese día antes de las 19:45 horas.

Rajoy será de nuevo el primero en subir el sábado a la tribuna de oradores para una intervención de diez minutos.

A continuación tomarán la palabra los portavoces de los grupos por un tiempo de cinco minutos, cada uno por orden de mayor a menor representación parlamentaria.

Será al término de esas intervenciones cuando la presidenta del Congreso volverá de nuevo a llamar a votación a los 350 diputados y, si se cumplen las previsiones, Rajoy será investido por segunda vez presidente del Gobierno.