Un profesor de Primaria de un colegio concertado del centro de la capital acusado de abusos sexuales a cuatro alumnas reconoce haber realizado "nalgadas" a las menores en un contexto de acercamiento cariñoso dentro del ámbito escolar pero sin ánimo libidinoso, como sostiene la Fiscalía de Madrid y las dos familias que ejercen la acusación particular.
El juicio ha arrancado esta mañana a puertas cerradas en la Audiencia Provincial de Madrid en aras a la protección de las niñas y a petición de la Fiscalía de Madrid. La fiscal solicita una condena de dieciséis años de cárcel y que indemnice 3.000 euros a cada una de las víctimas, siendo responsable civil subsidiario el colegio. El centro escolar está ubicado en el distrito Centro.
Los hechos se produjeron entre septiembre de 2017 y enero de 2018. La fiscal sostiene que durante esos cinco meses, el docente mantuvo un comportamiento de relación con cuatro alumnas basado "de forma reiterada" en tocamientos en diversas partes del cuerpo, caricias en la espalda por debajo de la camiseta o en susurrarles palabras al oído y besarlas cerca de la boca, en la nuca o en el cuello.
El abogado de la acusación particular, M.A.R.S, solicita cuatro años de cárcel para el acusado por cada una de las dos niñas a cuyas familias representa por un delito de abusos sexuales continuado.
El letrado entiende que concurre una circunstancia agravante por la continuidad de los hechos en el tiempo. En las cuestiones previas, ha solicitado en virtud del artículo 730 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que se libere a los jóvenes de declarar en sala para evitar su doble victimización reproduciendo las declaraciones en instrucción.
En instrucción, el docente admitió un acercamiento con las niñas, a las que daba "nalgadas" (cachetes en las nalgas) pero nunca con un ánimo sexual ni libidinoso, descontextualizando los hechos de los que se le acusa.
El testimonio de las chicas constituye la principal prueba de cargo contra el acusado, unas manifestaciones corroboradas por los informes psicológicos realizados a las niñas que certifican las secuelas sufridas.
"Su evolución a la adolescencia ha sido complicada por la relación que existe causa efecto con los hechos traumáticos que vivieron con 11 y 12 años. Algunas de las secuelas son miedo, ansiedad y sentimiento de culpa", ha dicho el letrado.
Las familias tienen actualmente un sentimiento de desazón por el transcurso del tiempo que ha pasado, más de tres años. Según el abogado, no se sintieron arropadas por el colegio por el tiempo en el que se tardó en reaccionar y despedir al docente.
Los supuestos abusos se pusieron en conocimiento del centro en febrero de 2018 pero no es hasta diciembre de ese año cuando el colegio toma medidas contundentes contra el profesor con su despido. Fue entonces cuando se interpuso una denuncia ante la Fiscalía.