El coronavirus ha dado color a una imagen en blanco y negro que muchos pasaban por alto. Las familias que no pueden llegar a cubrir sus necesidades básicas se han multiplicado como la espuma y la ayuda altruista de instituciones y personas se hace, aún más si cabe, indispensable para que nadie se quede atrás.
En este 2020, Mercadona ha ayudado con más de 128 toneladas de alimentos que han sido repartidos en la provincia entre el Banco de Alimentos de Sevilla, comedores sociales y otras entidades sociales.
«Mercadona colabora con el Banco de Alimentos de Sevilla y seis comedores sociales, a los que agradecemos enormemente su trabajo y esperamos que con nuestra ayuda podamos contribuir a su desarrollo y a su día a día» explica Nacho González, Director de Relaciones Externas de Mercadona en Sevilla capital.
Desde el supermercado Mercadona de Perafán de Ribera se suministra diariamente alimentos al comedor social de la Plaza del Pumarejo. Justo antes de la apertura de sus puertas para el público general, David Bernal, trabajador del supermercado, entrega varias cajas de productos frescos y de proximidad para ayudar a que las Hijas de la Caridad puedan alimentar a las más de 300 personas que cada día comen allí.
David explica que «llevamos muchos años colaborando con el comedor del Pumarejo donando productos frescos y de proximidad. Como trabajador de Mercadona, me siento muy orgulloso de pertenecer a una empresa que colabora con la sociedad de esta forma».
Una vez llegan los productos al comedor social del Pumarejo y junto a muchos otros que llegan también gracias a otras donaciones, las hermanas se ponen manos a la obra para que todo el mundo tenga su ración de comida diaria.
Sor Esperanza es la madre superiora de la congregación. Todos los días ve desfilar a multitud de personas que no tienen recursos para hacer frente a lo más básico. «Estamos atendiendo a una media de 300 personas todos los días que se llevan la comida porque, por la situación que atravesamos, el comedor está cerrado. También ayudamos a 400 familias que necesitan productos básicos para el día a día, como pañales o detergente».
El coronavirus ha afectado significativamente a la economía y en el comedor del Pumarejo han notado un aumento de las personas que llegan pidiendo ayuda. «Viene gente nueva. Muchas familias estaban esperanzadas con cobrar los ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo), no lo han cobrado y no tienen para comer. El perfil de los nuevos usuarios es el de un trabajador normal, que vive al día y que ahora no tiene para nada» explica Sor Esperanza.
«Ellos te quitan todos los problemas y los pensamientos que tienes. Te tienes que lanzar a ayudar. Parece mentira que a estas personas con tantas necesidades les invada esa alegría y ese bienestar que manifiestan. Esa alegría hace que muchos vecinos vengan a ayudarnos. Cuando lo piensas es fuerte, porque crees que deberían de tener una oportunidad, pero la alegría de ellos te invade el corazón» comenta la hermana superiora de las Hijas de la Caridad.
Esta labor desinteresada que se realiza en el comedor del Pumarejo se facilita con la ayuda que presta todos los días Mercadona. «Todo lo que entre favorece a los pobres. Mercadona nos manda productos frescos y que tienen una fecha de caducidad larga que permite a las familias llevárselo cuando ellos puedan venir a recogerlo. Están volcándose con nosotros» asegura sor Esperanza.