Desde hace unos 40 años, los españoles hacen dos cambios de hora al año. El primero, en el mes de marzo, se realiza para adaptarse al llamado 'horario de verano', mientras que a finales de octubre se vuelven a modificar los relojes para entrar en el 'horario de invierno'. Ahora, científicos expertos en la materia proponen adelantar este último cambio al mes de septiembre. Mientras que el Parlamento Europero apoya poner fin al cambio de hora estacional en la UE a partir de 2021, permitiendo a cada país elegir si quiere mantener el horario de verano o el de invierno.
Los Estados miembros que decidan quedarse con el horario de verano cambiarían por última vez el reloj en marzo de 2021, mientras que los que elijan el horario de invierno tendrían que volver a cambiar la hora en octubre de 2021. El texto fue aprobado con 410 votos a favor, 192 en contra y 51 abstenciones.
Los eurodiputados están de acuerdo con la iniciativa de la Comisión Europea de acabar con el cambio horario, pero son partidarios de retrasar su aplicación hasta 2021 (y no en 2019 como proponía la CE).
El profesor titular del departamento de Física de la Materia Condensada de la Universidad de Sevilla, José María Martín-Olalla, explica que estos cambios de hora llegaron a la Europa continental a principios de los 70, con la crisis del petróleo. Aunque países como Portugal ya lo hacían décadas antes.
Entonces, se cambiaba los relojes en marzo y en septiembre, a excepción del Reino Unido (y Estados Unidos) que extendía esta práctica hasta finales del mes de octubre e, incluso, hasta principios de noviembre. Fue cuando la Comisión Europea unificó las fechas de los cambios de hora cuando eligió el sistema británico, que extiende un mes más el horario de verano.
Tal y como ha explicado Martín-Olalla a Europa Press, esta decisión "no fue muy adecuada" desde el punto de vista astronómico y en relación con las horas de luz. Como ejemplo, señala que, en la actualidad la población que está habituada a empezar con el amanecer invernal (sobre las 08.00 horas en España) vive unas mañanas de octubre parecidas a las de diciembre y enero. Esta situación, a su juicio, "no es razonable".
"La justificación para extender la hora de verano hasta final de octubre es que se trata de un mes aún relativamente cálido. Aún puede apetecer extender el ocio al aire libre por las tardes, por lo que sería bueno para el turismo, sector comercial etcétera", apunta el científico. Sin embargo, señala que desde un punto de vista fisiológico "no tiene sentido vivir el estrés de arrancar de noche cuando el día dura casi 11 horas".