Están en esta localidad navarra y viene a ser formada por una veintena de personas que viven dentro de un marco ecológico y pertenecen a la secta «Doce Tribus» -en evocación a las «Doce Tribus» de Israel, de tiempos bíblicos-. Son personas que se han apartado de la vida en sociedad y de las comodidades -con sus ventajas e inconvenientes-.
De tal forma que no tienen libros y la Cultura, salvo que sea oral, no entra; sus niños no están escolarizados y tampoco hay juegos infantiles ni juguetes, con lo que ello implica en el proceso de formación de la persona desde su niñez. No hay juguetes, ni muñecos, ni peluches ni nada que implique ocio y construcción mental, de hecho de les obliga -si, como leen: se les obliga- a trabajar para la comunidad. No parece el ambiente ni más sano ni más idóneo para ellos.
Ahora llega una atrocidad más cuando le policía investiga la muerte de un menor fallecido tras ingerir agua oxigenada -inicialmente, según pesquisas policiales, sin querer-.
Se considera un accidente normal aunque trágico pero que ha servido para descubrir la realidad de las personas que viven en la secta sin ningún tipo de acceso a la Cultura o a medios de comunicación, apenas saben leer y tan sólo tienen algunos conocimientos en matemáticas que les da para sumar y restar como mucho.
Viven en una sociedad muy jerarquizada donde las mujeres no están autorizadas a hablar con nadie del exterior, hay un portavoz que es el que se comunica con los que tienen alguna pregunta o consulta externa. Además en la formación de los niños se acepta el castigo físico para educarles con lo que se crea una «ley del miedo» que afecta gravemente al menor.
Según Juantxo Domínguez, presidente de la Red de Prevención Sectaria y del Abuso de Debilidad (RedUNE), sus leyes se basan en la interpretación de las escrituras bíblicas, que vendrá de la mano de un líder que, seguramente, saber leer y escribir y tiene dotes persuasivas y de manipulación muy altas.
Los miembros de esta secta son originarios de Irún y San Sebastián, en el País Vasco, y tiene una web en la que gestionan los productos que cultivan -por ello que haya un cerebro con acceso a lo que les niega a sus miembros-. Sobre ellos el alcalde Corella, Gorka García, indicaba que «participa mucho en la vida de la localidad, en las ferias alimentarias, en actividades de Biciclistas de Corella y en otras citas» sintiendo la muerte del menor sujeta a investigación policial.
«Doce Tribus» tiene diferentes propiedades en Corella. Esta secta está en España desde 1994 cuando se instalaron en Monte Ulía de San Sebastián dedicándose a la panadería y repostería. En 1999 llegaron a Irún y realizaban tareas ganaderas y agrícolas para en 2002 abrir la tienda «Sentido Común» de alimentación ecológica y en 2019 crear una distribuidora «Tribal Trading» de alimentación ecológica.
El menor ingirió el agua oxigenada cuando estaba en la parte trasera de la nave.