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Actualizado: 23 may 2020 / 05:00 h.
  • José Luis García-Pérez/ Jesús Romero de Luque
    José Luis García-Pérez/ Jesús Romero de Luque

José Luis García-Pérez (Sevilla, 1972) ha dedicado su vida a la interpretación desempeñando papeles en cine, teatro y televisión. Este actor es lo que se entiende por artista multidisciplinar: lleva más de 20 años actuando, pero también hay que destacar su faceta como director en obras de teatro y ahora, como lector apasionado que, durante el confinamiento, se ha encargado de aportar su granito de arena potenciando la lectura entre sus seguidores en redes sociales. Ahora acaba de finalizar, junto a su mujer Cristina Alarcón, la serie Diario de una cuarentena en TVE, ha participado en el próximo estreno de Amazon, El Cid, y este parón también le ha pillado grabando The Mallorca Files para la BBC; pero eso no es todo, tiene muchos proyectos en mente que pronto podremos descubrir. Desde luego, es un sevillano que desprende pasión, arte, amor y esfuerzo en la interpretación y en todo lo que hace.

Antes que nada, ¿cómo está José Luis?

Pues como todo el mundo. Con incertidumbre, angustia y esperanza, pero, sobre todo, con ganas de que pase esta situación. Aunque el miedo al futuro está ahí.

El martes finalizó la serie estrella de este confinamiento, Diario de una cuarentena, ¿cómo ha sido la experiencia?

Ha sido una experiencia maravillosa. Ha llenado mi casa de vida en el sentido profesional de la palabra, porque en el sentido personal siempre lo está. Además, me ha permitido poner la cabeza en otro sitio, estar en activo durante el parón generalizado en mi profesión y disfrutar, en este caso, de mi mujer, una actriz maravillosa.

Esta serie ha llegado en un momento donde reírse es muy necesario para evadirse...

Con esa intención se hizo la serie. Queríamos hacer sonreír y transmitirle al público un rato de desconfinamiento dentro del confinamiento. También, los actores y actrices de la serie hemos querido abrir nuestras casas con todo el amor y sentido del humor posible. Las críticas que surgieron al principio, a parte de que me parecían malintencionadas y políticas, me parecieron un error porque nadie se puede apropiar del dolor ajeno.

¿Qué hay detrás de la pareja «desestructurada» a la que interpreta usted y su mujer Cristina Alarcón en Diario de una cuarentena?

Detrás hay una pareja que intentaba colocar a su bebe donde no se viese y no se le escuchase en el rodaje jajaja, y aprovechar sus ratos de sueño para poder estar trabajando. Igualmente, hay una pareja absolutamente distinta a la que se ve. Eso lo ha hecho aún más divertido a la hora de interpretar.

La mirada entre Cristina y usted refleja mucha complicidad y conexión. ¿Eso ha sido un aspecto a favor a la hora de trabajar juntos?

Absolutamente, claro. Yo creo que sí. Incluso, nos han ido diciendo que se notaba mucho el juego entre nosotros. La verdad es que Cristina y yo nos reímos muchísimo y eso es el punto de inicio de todo.

En Diario de una cuarentena, su perra Lola se ha convertido en toda una actora, ¿no?

Así es. Lola se ha convertido en la estrella de la cuestión. Tiene una mirada que se come el plano. Aunque tú estés en un lugar haciendo algo, si esta ella, se lleva el plano seguro. Además, como es tan mandada y tranquila, se queda donde la pongas. Siempre quiere estar cerca de ti porque a ella lo que le gusta es el contacto humano.

«Tengo perra, yo soy un señor feudal», es una de sus frases humorísticas en la serie. Seguro que se ha sentido identificado más de una persona, sobre todo, al principio del confinamiento...

Seguro que hay mucha gente que se ha sentido identificada. Aunque, yo he sido de los que ha salido poquísimo. Cristina y yo estamos aquí en Madrid todavía en la fase 0 y he salido muy poco, ni a pasear perra ni nada. He estado mucho en casa.

¿Habrá más episodios de Diario de una cuarentena en el futuro? ¿O ahora es el momento de hacer otros tipos de proyectos?

No habrá más episodios. Ahora que ha comenzado la desescalada a nivel nacional, es hora de empezar otros tipos de proyectos y de volver a salir al exterior. Ojalá vuelvan a arrancar los rodajes y el teatro; y así retomar dentro de las posibilidades una vida «normal».

Ha dicho en alguna ocasión que esta serie le ha servido para aprender cosas nuevas, ¿qué proyectos futuros tiene en mente?

Sí. Durante Diario de una cuarentena he aprendido que se puede rodar de muchas maneras, es decir, puedes rodar de la forma habitual en un plató con todos los medios técnicos necesarios para ello, pero también, puedes hacerlo de otras maneras. Hay todo tipo de cosas que te sirven para rodar en pequeño formato y con pequeños grupos humanos para luego hacerlo grande; además de hacerlo prácticamente desde casa. Estoy ahí dándole vueltas a varias cosas. De hecho, tengo varios proyectos futuros en mente. Por un lado, aunque no te puedo desvelar muchas cosas, estoy intentando levantar un proyecto rodado de una manera especial junto a un grupo de directores, escritores, guionistas, dramaturgos y actores y actrices que conoces perfectamente. Por otro lado, yo produzco teatro y no paro de pensar qué voy a hacer con mis socias, entrecajas producciones, Blanca Portillo y con avance producciones. Además, se nos ha parado la gira de producciones que estábamos distribuyendo en este momento, como la comedia Hombres que escriben en habitaciones pequeñas, que estaba justo arrancando la gira. Estamos planeando qué vamos a hacer en el futuro cuando se puedan reabrir los teatros. Mi cabeza no para.

También, he tenido la suerte de terminar mi parte del rodaje de El Cid de Amazon, una serie a la que le quedan dos semanas de rodajes solo. Sin embargo, una serie norteamericana que iba a hacer y que íbamos a arrancar en Semana Santa se ha quedado parada por la situación. Estoy esperando a que vuelva a regresar pronto y todavía no puedo adelantar ni el nombre ni la plataforma, pero antes de que acabe el año, será más que público.

Como productor de teatro, ¿cómo ve el futuro del teatro ahora mismo?

Ahora mismo al teatro privado español y a las productoras de toda España, que son la mayoría pequeñas y medianas empresas, les resulta imposible pensar limitar el aforo a un 50 o 30 por ciento. Es una locura porque no salen los números. Bueno, sí salen, pero en rojo. Por eso, es muy difícil la situación. Hay que repensar esto y abrir con todas las garantías, evidentemente, pero abrir al 100 por cien. Todo lo que no sea eso, se lo podrán permitir los teatros y espacios públicos, pero las compañías privadas no. Es un sin sentido. Espero que podamos crear el protocolo necesario para la seguridad tanto de los equipos técnicos y artísticos como del público para poder reabrir cuanto antes de la mejor manera posible.

Ahora también se ha lanzado a leer libros en directo en sus redes sociales, ¿no?

Sí. Yo me confine muy pronto porque, justo antes del confinamiento, estaba en Mallorca rodando The Mallorca Files. Allí había mucha gente de fuera y las noticias no eran nada alentadoras. Por eso, cuando volví después de haber tenido contacto con muchas personas de muchos lugares del mundo rodando esa serie, dije «me voy a quedar en casa»; y empecé el confinamiento una semana antes de que el Gobierno decretase el Estado de Alarma. A mí me encanta leer y me dio por empezar a leer en directo en Instagram porque me apetecía estar en contacto con la gente que me sigue. Al principio, leía a Poul Austen, luego teatro y de ahí salté a entra en contacto con una editorial maravillosa que se llama Páginas de Espuma y una librería madrileña que se llama Cervantes y compañía. Juntos empezamos a seleccionar autores iberoamericanos para leer relatos los lunes y jueves a las 23:00 de la noche en directo en Instagram. De hecho, ya estamos por la tercera semana de esta iniciativa y la verdad es que es un placer. Yo soy un loco de la lectura y aprovechar el confinamiento para leer significa para mí unas vacaciones en Tulum con tres libros encima jajaja. Me leo un libro por la mañana, otro se lo leo a mis seguidores y otro me lo leo en la cama.

¿El parón que estamos viviendo ha hecho que la sociedad tenga más tiempo para leer?

Sí. Vamos tan deprisa habitualmente por la vida que el tiempo de lectura decrece y eso es un error garrafal porque la lectura nos hace ser quienes somos. Espero que si de algo tiene que servir este confinamiento sea para aprovechar el momento y abrir un libro y volar. No hay nada que te haga volar más lejos que una lectura y, en estos momentos de encierro, qué mejor que volar.

¿Qué reflexión saca de la situación actual?

Mi reflexión es que ojalá podamos aprovechar y sentir más el momento presente, el aquí y el ahora, viviendo menos el pasado que ya no existe y el futuro que tampoco. Al fin y al cabo, lo único que existe es el instante que vives. Hay que estar cerca de la gente a la que quieres, pero también hay que estar cerca y dándose cariño a uno mismo. Hay que aprender a cuidar y dejarse cuidar.