Histórico
Contable de día y poeta de noche
Nadie en Utrera, salvo Manolo Peña Narváez, que conservaba el manuscrito como oro en paño, sabía del texto de ese poeta que firmaba con el exótico seudónimo de Florisel de Góvela en algunas de las principales revistas literarias de la época, como Ensayos, en Madrid, Ánfora, en Jerez de la Frontera (Cádiz), u Orientación, en Sevilla, pero que cada mañana acudía solícito a su puesto de administrativo en las oficinas de Agroaceitunera con su nombre: Francisco González Ramírez.
Enlace copiado
El autor es ninguno
El Correo
Actualizado: 23 feb 2011 / 19:19 h.