Griñán zanjó ayer la polémica con quienes piden a la Junta que batalle por anular la sentencia de muerte de Blas Infante. El presidente defendió que "fue asesinado, no sentenciado" y que ya la Ley de Memoria recoge la "ilegitimidad" de toda condena de los fascistas. Los nacionalistas creen que ese "parapeto" oculta su "inmovilismo".
>>>De la reverencia a la señal de la cruz
Actualizado: 16 sep 2009 / 07:00
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